La voz de la igualdad

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Prolífica y veterana del cine y la TV desde los años '80 (dirigió películas como El pacificador, Impacto profundo o Cadena de favores y varios episodios de series como ER, The West Wing o The Leftovers), Mimi Leder regresa a la pantalla grande luego de un paréntesis de casi una década con este acercamiento ficcional que reconstruye y exalta la vida y obra de Ruth Bader Ginsburg (The Notorious RBG, como se la conoce popularmente), una de las figuras más importantes del ámbito judicial (y no solo judicial) del último medio siglo de historia de los Estados Unidos.

Lanzada apenas cinco meses después de RBG, documental nominado al premio Oscar que también se propuso rescatar sus aportes fundamentales a la lucha por los derechos de las mujeres y las minorías primero como abogada y activista, luego como jueza y finalmente como integrante de la Corte Suprema, La voz de la igualdad resulta una biopic clásica (casi de manual), cuyo estreno en Argentina coincide con la celebración del 8 de Marzo y el auge del movimiento feminista del que RBG es reverenciada como matriarca, pionera, adalid, estandarte y referente ineludible.

Interpretada por Felicity Jones, la versátil actriz inglesa vista en La teoría del todo, Rogue One: Una historia de Star Wars, Like Crazy y Un monstruo viene a verme, la RBG del film de Leder es una joven que va incursionando y destacándose en ámbitos no solo machistas sino en muchos casos directamente monopolizados por hombres. Con su cuerpo pequeño y apariencia frágil, esta joven judía logró sortear todo tipo de adversidades en los ámbitos académicos (Harvard) y tribunalicios hasta conseguir algunos triunfos históricos en juicios en pos de la igualdad de género (o, mejor, en contra la discriminación) a la que alude el título local de estreno. En cambio, el film no llega a su etapa como integrante de la Corte Suprema, donde fue protagonista de algunas sentencias (en mayoría o minoría) de fundamentales alcances (eso sí se puede apreciar en toda su dimensión en el citado y muy didáctico documental RBG).

Su confidente, colaborador y marido de casi toda la vida (estuvieron juntos 56 años) fue el también jurista Martin Ginsburg, que en el film está encarnado por Armie Hammer. Si bien él siempre estuvo a su lado y la ayudó incluso en varios momentos decisivos, la película está muy lejos de minimizar los alcances de RBG porque fue ella quien ayudó -con una mezcla de inteligencia brillante y persistencia asombrosa- a cambiar en serio la historia estadounidense incluso en los períodos más tenebrosos del recrudecimiento del conservadurismo (ella es una opositora acérrima de Donald Trump).

La voz de la igualdad no intenta disimular su apuesta al panegírico, al film-tributo y -por eso- hasta se anima a la aparición de la RBG real (ya anciana, pero absolutamente vigente a sus 85 años) en las puertas de los tribunales. Quien espere una película audaz en términos formales o llena de matices en el acercamiento a una figura pública es muy probable que se sienta frustrado. Se trata de una film “para la hinchada” y para que las nuevas generaciones se acerquen a un mito viviente, una personalidad fascinante, una mujer que hizo (y hace) historia. Una heroína de nuestro tiempo.