La torre oscura

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

La Corte del Rey Carmesí

El éxito de las obras literarias del escritor norteamericano Stephen King le ha asegurado la venta de muchas de estas novelas a productoras cinematográficas, las cuales han llevado al cine algunas de sus obras más importantes como El Resplandor (The Shining, 1977), Carrie (1974) o Cementerio de Animales (Pet Sematary, 1983), por nombrar algunas de las más destacadas, con desigual calidad y en muchos casos con diversos problemas que han impactado en la producción, la realización y el resultado final, como ocurrió en la adaptación de El Pulso (Cell, 2006), por citar un ejemplo paradigmático reciente.

El film en cuestión es la adaptación de la saga de literatura fantástica escrita por Stephen King y considerada por algunos críticos y el propio escritor su obra cumbre, que incluye ocho títulos: El Pistolero (1982), La Llegada de los Tres (1987), Las Tierras Baldías (1991), Mago y Cristal (1997), Lobos del Calla (2003), Canción de Susannah (2004), La Torre Oscura (2004) y El Viento por la Cerradura (2012).

Dirigida por el realizador danés Nikolaj Arcel (A Royal Affair, 2012), y escrita en colaboración por Akiva Goldsman, Jeff Pinkner, Anders Thomas Jensen y el propio Arcel, La Torre Oscura (The Dark Tower, 2017) busca traducir la significativa y extensa obra magna de King al cine a partir de un viaje de iniciación emprendido por un adolescente acosado por sueños de un realismo perturbador sobre un enfrentamiento entre un pistolero y un hechicero en otra dimensión.

Mientras que en la novela publicada a principios de la década del 80 del siglo pasado, y revisada para corregir errores narrativos y de continuidad en 2003 por el propio King, el protagonista es el pistolero Roland (Idris Elba), en el film comparte protagonismo, e incluso lo reniega, en favor de un personaje secundario en el libro, Jake Chambers (Tom Taylor).

En la película, Jake, un adolescente neoyorquino que recientemente perdió a su padre en un incendio, y que posee la cualidad psíquica del resplandor, una fuerza precognitiva sobrenatural descrita en las novelas El Resplandor y Doctor Sueño, descubre gracias a sus experiencias oníricas que un grupo de secuestradores de niños está tras de él. El joven plasma en sus bocetos con lápiz sus sueños en evocativos dibujos que lo llevan a descubrir otro mundo en ruinas en el que los pistoleros, una orden de caballeros que resguarda la Torre Oscura, una especie de centro de energía que protege el Universo de un caos habitado por temibles monstruos, ha sido diezmada por las huestes de Walter (Matthew McConaughey), un mago maligno que desea destruir la torre a través de una máquina dentro de una pirámide que genera un rayo demoledor, producto del resplandor de los niños que utiliza para su siniestra tarea.

La Torre Oscura se inspiró en el poema Childe Roland a la Torre Oscura Llegó, del poeta y dramaturgo inglés Robert Browning, y posee, al igual que las novelas, elementos y referencias más o menos explícitas sobre la mitología artúrica, la literatura de caballería medieval, la saga de El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien y diversos subgéneros del western, pero también características que remiten a otras obras del propio Stephen King, como por ejemplo la misteriosa particularidad del resplandor.

Con una gran actuación de Idris Elba y Matthew McConaughey, que juntos sostienen la película con sus enfrentamientos mal aprovechados, el opus busca construir una historia que combine la novela de King y su estilo con la idiosincrasia del nuevo público adolescente global, llegando a una concesión de todas las partes hasta crear un híbrido que funciona a nivel narrativo pero con muchos problemas. Al convertir a Jake en el protagonista se hace hincapié en la cultura juvenil, la búsqueda de la personalidad y la iniciación en lugar de la historia mitológica sobre el legado de los pistoleros, la construcción del personaje de Roland y la búsqueda de la torre, dejando para alguna secuela algunos hilos argumentales centrales de la novela. La combinación un tanto heteróclita de elementos de las ocho novelas sin demasiado criterio tampoco ayuda a una producción que oscila entre seguir el espíritu de la obra de King y pasteurizarlo para transformarlo en una obra más aceptable para un público masivo, aunque siempre inclinándose más por la segunda opción que por la primera en su desarrollo.

A pesar del abandono de muchas cuestiones que constituyen lo que algunos críticos literarios denominan la gran obra maestra de Stephen King, La Torre Oscura es un film con una narración ágil y atrapante y un relato conciso y hasta coherente -por momentos- que busca perpetuar el estilo pueril del cine adolescente actual pero sin demasiado desarrollo argumental, dejando demasiados cabos sueltos, sin detenerse en ninguna parte y fallando en detalles clave y cuestiones centrales como la extensión de la presentación de Jake como protagonista. Pero también hay aciertos, como el diseño del mundo en escombros y los portales, entre varios puntos positivos que remiten a la imaginación de la mente de King y a la buena labor del equipo de dirección artística. De esta manera, el film no logra convencer como adaptación de Stephen King pero tampoco decepciona completamente a nivel cinematográfico con un guión que sufre principalmente por las erróneas decisiones corporativas de la búsqueda de una aquiescencia ausente en la obra original, la cual, en muchos casos, es irreverente y traumática, acorde con su autor, uno de los grandes escritores norteamericanos de literatura fantástica y terrorífica de los últimos cincuenta años.