La piel marcada

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Es doloroso saber que el cuerpo y la memoria se van deteriorando dese el primer día que llegamos a la tierra. Aún más doloroso es saber esto, ser consciente y no tomar consideración del hecho generando una marca en nuestra mente se la elimine o elimine para continuar en el día a día.
“La piel marcada. Retrato a Sergio Víctor Palma” (2016), debut en el documental de Hernán Fernández analiza estos temas y además suma, en el homenaje al boxeador su esfuerzo por continuar en una actividad que le ha transformado y “marcado” su vida al punto de no poder ser aquel que era hace tiempo.
En la elección de narrar de manera clásica (entrevista ¾, imágenes de archivo, inserts del entrevistado en diferentes acciones, etc.) el director apela al relato progresivo de la vida del boxeador sumando a un nuevo aspirante a campeón con sus anhelos y sueños más profundos para lograrlo.
Sin quedarse en esto, la propuesta narrativa avanza para potenciar la idea sobre cómo el éxito en muchas oportunidades solo es un oropel que de un día para el otro muta en una forma que la realidad devuelve su verdadero rostro.
El recuerdo oral, la anécdota simple y poco lúcida, la memoria que traiciona y que necesita el acompañamiento de otro para poder desandar esos recuerdos que por sí solos no vienen o que tal vez llegan pero de otra manera.
El reflejo que muestra la cámara, la imagen que devuelve sobre Palma es triste, y la música potencia la melancolía y la nostalgia en un punto, el mismo con el que el sentido de la película se construye.
El mundo del boxeo es reflejado por Fernández como un espacio de crecimiento principalmente económico, ya que al reflejar la vida actual de Palma, no hay duda ni espacio para el regocijo o el ensalzamiento de una cosa que no es la que realmente sabemos.
Y ahí, la tensión entre aquello que espera el joven boxeador que se entrena día a día para llegar, y la realidad del veterano que no puede casi hilvanas sus palabras “La piel marcada. Retrato a Sergio Victor Palma” encuentra el punto exacto para poder, tal vez, construir su verosímil.
Hay algunos momentos en los que el registro de archivo funciona correctamente, y otros en los que nada parece revelar parte del pasado para poder reforzar la idea de un presente oscuro y doloroso, que es el que vive el ex boxeador.
Paralelamente, la historia del joven que día a día y contra viento y marea desea triunfar para poder comprarle una casa a su madre, además de movilizante, en realidad es un reflejo de aquello a lo que aspiran miles de jóvenes, el poder salir de un lugar en el que se encuentran para encontrar un estado mejor o ideal.
Allí la fuerza de la película es irreversible, porque nada ni nadie advierte al hombre, al joven y al viejo, que uno es la resultante del otro y que más allá que se crea que la suerte se puede cambiar, en parte, la dolorosa realidad alberga pocas esperanzas para que el destino tenga otro final.