La noche mágica

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Es una noche especial pero los protagonistas aún no lo saben. Kira alcanza a ver una estrella fugaz después de acostarse con su amante al que rápidamente tiene que echar a las escondidas cuando su marido cae antes de lo previsto pero aunque todos pidamos deseos ante esas situaciones, quién piensa que realmente se cumplirán. Desnudo y descalzo, Cachete se cruza en las afueras de esa casa de gente adinerada con un ladrón que está planeando entrar. Este excéntrico hombre no lo deja ir y decide que van a hacerlo juntos.
Así empieza una película que podría vislumbrarse como algo parecido a lo que viene haciendo Ariel Winograd aunque el tono ya se percibe menos familiar y de hecho no es apta para todo público. Sin embargo no será el robo lo que lleve adelante la trama principal, así como tampoco el triángulo amoroso que se encuentra de repente forzosamente enfrentado. La historia cambia cuando Nicola, el ladrón, encuentra a Alicia, la hija del matrimonio, y ésta lo confunde con Papá Noel y le empieza a hablar de sus deseos. Algo en el hombre se enciende y decide que esa noche no sólo se llevará el botín sino que cumplirá cada una de esas cosas que ella desea y escribió en una nota que mantiene escondida de su padre.
Son muchas las cosas que van sucediendo esa noche y sería aburrido que las lean en este texto. La película que escribe Portal junto a Javier Castro Albano está llena de sorpresas y apuesta por un tono de comedia dramática, por momentos un poco negra, pero no prepara para lo que llega ya cerca del final, cuando la última revelación desentone un poco con el resto de la propuesta por más indicios que haya habido en el medio y el tono in crescendo de la oscuridad planteada. La idea es la de generar incomodidad y eso se cumple. Personajes ricos que llevan adelante su vida como si fuesen mejores y los otros que terminan dependiendo de sus acciones, que viven de apariencias pero esconden personalidades y lazos quebrados porque a la larga pueden ser frágiles como esas esculturas exhibidas con tanto cuidado que es imposible acercarse a ellas.

Hablemos de personajes. Natalia Oreiro interpreta a una mujer deseante que dejó de encontrar en su marido aquello que la había enamorado, es una mujer seductora y decidida pero con ilusiones rotas. Esteban Bigliardi es un marido y padre obsesionado con las obras de artes que despliega a lo largo de su casa y que no permite que nadie toque, lo que se la pasa alejándolo de las personas, pero lo peor son los rasgos machistas que siempre salen a relucir de sus comentarios y actitudes. Pablo Rago es el tercero en discordia, amigo de uno y amante de la otra, alguien de cierta ingenuidad para el mundo que lo rodea. Para el personaje infantil, Isabella Palópoli es una niña retraída que por una vez se permite, gracias a este Papá Noel, jugar y explorar como una niña de su edad. Y, claro, el personaje que termina decidiendo casi todo lo que sucede esa noche mágica, el de Diego Peretti: el más importante pero también el menos desarrollado, una especie de espejo ante quienes los demás se ven como realmente son y alguien de quien se puede intuir un interés muy humano y que sabe lo que hace porque lo viene haciendo hace mucho tiempo; es además quien genera las mayores cuotas de un humor intermitente. Y después están los dos personajes que, además de Nicola, son los que no encajan en ese mundo de lujos y riquezas: la mujer que se encarga de las cosas de la casa y el de seguridad.
La noche mágica es despareja pero también ingeniosa y no teme ser políticamente correcta (algo que en esta época es más valioso que nunca). Por momentos genera risas y durante tantos otros, silencios incómodos. Entre los actores se genera una dinámica adecuada, creíble. Y aunque provenga del palo televisivo, Portal se desenvuelve con soltura y eficacia en el rol de director, sobre todo teniendo en cuenta que toda la película se sucede dentro de las paredes de esa enorme casa.
Lo más interesante de esta película es que no es para nada lo que uno podría haber esperado. El tono humorístico, de enredo entre estos peculiares personajes, se va tornando cada vez más oscuro pero no me termina de convencer la decisión de terminar dejando en evidencia una temática tan compleja y delicada, aunque Portal la presente de manera sutil y no menos impactante. Es un efecto sorpresa que la película no necesitaba y se siente un poco forzosa. Entendimos que estamos ante un oscuro retrato del trato que generan las clases privilegiadas y eso ya resultaba lo suficientemente perturbador.
Osada, original, divertida e incómoda al mismo tiempo pero también un poco despareja, La noche mágica es una película que se mueve entre muchos géneros, no te deja indiferente y seguramente genere opiniones dispares. No es la apuesta segura que se podría esperar del primer gran estreno argentino en salas en época de pandemia, y eso es para agradecer.