La mujer sin piano

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

A Javier Rebollo lo conocí en un BAFICI. Bah, en realidad, tuve la suerte de toparme con su “Lo que se de Lola” en ese festival (gran película, hecha con pocos recursos pero muy sólida e interesante) y esperé con ansias que volviera a filmar para ratificar sus condiciones. Hace ya dos años estrenó en España, “La mujer sin piano”, film ganador de San Sebastián en 2009, cinta que no hizo un gran recorrido internacional pero que llega a las salas este jueves a Buenos Aires.
Rebollo sabe de cine. Eso es innegable. Es muy sólido desde lo técnico y en su ópera prima había demostrado que su manejo de cámaras y la construcción de intrigas son su fuerte. Apoyado en esa visión, suponemos que eligió profundizarla, y junto a su compañera de equipo, Lola Mayo (con quien escribiera “Lo que se…”) eligieron un tono gris, pausado, silencioso y enigmático para este segundo largo…
“La mujer sin piano” es una película poco frecuente. No cuenta una historia que atraiga, deslumbre, impacte, movilice. Para nada. Es una historia extraña, poblada de ausencias (ideas fundamentalmente!), triste y fría. Muy fría. Pero que quede claro, me gusta Rebollo y respeto su laburo, aunque aquí, considero que este trabajo tiene poco para ofrecer al gran público.
Rosa (Carmen Machi) es una mujer corriente. Su marido es taxista, ella es…depiladora? Creo que si. Una noche cualquiera algo extraño le pasa (le dicen aburrimiento, en referencia a la vida que lleva) y decide comenzar a probarse otro traje para explorar la noche madrilense. Ella tiene un problema de audición y mientras evalúa su rutina (creemos!), decide que tiene que salir y bucear un universo que no conoce. Justo esa noche la televisión anuncia la invasión a Irak (?)
Es entonces cuando sale, usa peluca, se relaciona con sujetos marginales, visita lugares sórdidos…trata de viajar fuera de la ciudad. No puede.
Bah, la pasa bien. O no. No se, no me queda claro. Son 24 horas en su vida, condensadas en …90 eternos minutos donde nada interesante pasa. Pero nada eh!
La película transmite una intensa sensación de soledad. Argumental!!!!

Está bien que los silencios sean artilugios narrativos, que los simbolismos que se despliegan señales inflexiones curiosas, que las actuaciones sean convincentes… Pero no hay una historia atractiva aquí. Algo pasó con el guión de Mayo, quien parece haberse confiado demasiado en la fuerza de las situaciones que el film no ofrece chances al espectador corriente: no tiene nada para transmitir que valga la pena ser visto. En “Lo que se de Lola”, Rebolledo logró con la misma libretista resultados sorprendentes, pero aquí, construyen un libro aburrido, apagado y decididamente menor.
No creo que podamos definirlo como cine arte, tampoco. Es una película fallida. Nada más.
Seguramente Rebollo podrá superarse y retomar una senda ascendente porque condiciones no le faltan. Estuvo filmando en Buenos Aires con José Sacristán hace unos meses y su película está en posproducción. Seguramente será mucho mejor que “La mujer sin piano”.
Definitivamente es la película a evitar en esta semana...