La mejor oferta

Crítica de Martín Chiavarino - A Sala Llena

Los engranajes de la soledad

La soledad construye muros, barreras infranqueables a nuestro alrededor que nos aíslan del mundo y descubren el velo de las convenciones sociales en todo el esplendor de su arbitrariedad, abriendo la terrible caja de Pandora del miedo a lo desconocido.

En La Mejor Oferta (La Migliore Offerta, 2013), el director y guionista Giuseppe Tornatore (Cinema Paradiso, 1988; Stanno Tutti Bene, 1990; Malena, 2000) indaga en la soledad como construcción social a través del personaje de Virgil Oldman (Jeffrey Rush), un famoso y respetado martillero inglés, excéntrico, agresivo y con una leve aprensión a la suciedad o rupofobia. La profesión de Oldman se cruza con su hobby, la colección de hermosos y valiosos retratos femeninos que lo acompañan en la soledad de su costoso departamento, en un cuarto escondido y protegido.

La soledad de Oldman, cuyo único amigo es Billy (Donald Sutherland), un estafador que ocasionalmente lo ayuda en pequeños fraudes en las subastas de obras de arte, es sacudida por una súbita llamada telefónica de la dueña de una propiedad venida abajo que necesita tasación sobre sus bienes. En la casona, Oldman encuentra unos engranajes que le llaman la atención. Al llevarlos con un especialista, Robert (Jim Sturgess), le confirman que podrían ser parte de un autómata del Siglo XVIII de un constructor sobre el que Virgil escribió su tesis años atrás.