La isla siniestra

Crítica de Matías Pérez Andrade - Revista Maxim

La isla bonita

En 1954, en plena guerra fría, un par de canas, Teddy y Chuck (Leonardo Di Caprio y Mark Ruffalo) son enviados a la isla Shutter donde hay un hospital para criminales psicópatas de alta peligrosidad. Los tipos tienen que investigar la misteriosa desaparición de una asesina múltiple. Como es una cárcel de máxima seguridad, los obligan a dejar los chumbos en la puerta. Ahí ya se pone fea la cosa, pero empeora cuando descubren que los médicos a cargo del lugar, que no les dejan revisar los archivos, son más de terror que los internados. Los doctores, aparentemente nazis refugiados, experimentan sádicamente con los pacientes y no es casualidad que justo ellos dos hayan sido llamados: todo parece enroscarse más cuando un huracán deja incomunicada a la isla con el continente. Teddy sigue una pista firme, pero la irrupción de alucinaciones que rozan lo sobrenatural, no solo pone en duda su cordura sino también su propia supervivencia. Dirigida por el capo de tutti capi Martin Scorcese, que no perdió ni el pelo ni las mañas, “La isla siniestra” tiene un elenco de aquellos y un clima de peli vieja que la hace espectacular, aunque en la segunda mitad para los más acostumbrados a este tipo de pelis la cosa se torne previsible. Es uno de los estrenos del año. ¡No duermas, salamín, te lo dice Maxim!