La hora del crimen

Crítica de Javier Porta Fouz - HiperCrítico

Y también a Ksenia Rappoport

La hora del crimen es uno de los estrenos de ayer, y Ksenia (o Kseniya, o Xenia) Rappoport es la protagonista. Y este texto no les va a contar el argumento de la película.

1. Contar argumentos de películas me resulta, en general, un poco vago. Y vano. Y, lo más importante, me aburre soberanamente. Festejo cuando contar el argumento está contraindicado, como en el caso de La hora del crimen.

2. El título original de esta película es La doppia ora, o sea “La doble hora” o “La hora doble”, un título mucho mejor. Y menos obvio. Pero bueno, como decía Horacio Quiroga hace casi un siglo, algunos distribuidores creen que el público local necesita “sal gruesa”. Bueno, llamen la atención como quieran o puedan, crimen entonces. La hora del crimen.

3. Policial de misterio y con algunos otros elementos que mejor no adelantar, La hora del crimen sorprende y confunde, pero a pesar de ciertas apariencias está hecha con honestidad narrativa. Véanla con atención.

4. Giuseppe Capotondi, el director, debutó con esta película, de la que se anunció que se hará una remake estadounidense. Evidentemente, tanto Capotondi como los tres guionistas Alessandro Fabbri, Ludovica Rampoldi y Stefano Sardo confeccionaron La hora del crimen retorciendo el relato con clara conciencia de que el espectador (dedicado) del cine en el siglo XXI es un espectador savvy, o sea perceptivo, informado y formado (por el cine). Y el espectador de policiales de misterio está muy atento a los detalles, a adelantarse a las vueltas y a los reveses de la trama. Pensando en ese espectador modelo, La hora del crimen juega. ¿A qué juega? A divertir, a estremecer. Y a crear grandes personajes.

5. Del enorme Filippo Timi (que interpreta a Guido) ya se habló bastante porque fue el Mussolini de Vincere. Hablemos de Ksenia.

6. Ksenia o Kseniya o Xenia Rappoport, nacida en Leningrado, antes y ahora San Petersburgo, a veces tiene rulos y a veces el pelo lacio. Piernas largas, alta, y a veces –en la variante de pelo lacio– su rostro es un poco parecido al de Nacha Guevara. De mirada muy intensa, Ksenia es decidida y misteriosa. Intermitentemente bella (cuando no es fascinante), Ksenia es una gran sufriente del cine. Véanla en La desconocida de Giuseppe Tornatore, una película truculenta, disparatada y brutal como el intento de foul de Ruggeri a Chilavert, y salvada por el compromiso físico y emocional de Ksenia, la mejor actriz del mundo. También me pasa con otras actrices eso de que mientras las veo y las escucho son las mejores. Cinematográficamente me enamoro con facilidad. Me pasa con Kate Winslet, pero no en esa rastrera película llamada Revolutionary Road que acá se llamó de otra forma. Volvamos a Ksenia, que tiene una película que aquí no se estrenó y es todo un melodrama ruso, como la propia Ksenia: se llama Yuri’s Day (o Yuryev den) de Kirill Serebrennikov. Esto escribí sobre Yuri’s Day para el catálogo del Bafici en 2009: “Lyubov (la impresionante, excelente, asombrosa Xenia Rappoport de La desconocida) es una famosa cantante de ópera que no vive en su país, y regresa a visitar su pueblo natal, en las entrañas lejanas y frías de la madre Rusia. Vuelve con su auto de lujo y con su hijo Andrei. El chico no está precisamente arraigado a la tierra de su madre. Y desaparece. Esa tierra, o la gente de esa tierra, o el misterio, o una decisión desconocida, o nada, o un interrogante. Lyubov comenzará entonces su calvario de madre, y la película avanzará sin titubeos hacia un tono mayor, sin miedos de abrevar en tradiciones literarias (y algunas cinematográficas) rusas, virando con alguna violencia hacia la búsqueda desesperada, el descenso a los infiernos, y los sentimientos a flor de piel. El director Kirill Serebrennikov explota visualmente el sobrecogedor paisaje, y narra con mano firme, convencida y convincente la historia de los cambios de Lyubov, una historia emocionalmente lacerante cuyas secuelas la irán cambiando a todo nivel. Así, este relato irá convirtiéndose de manera progresiva en un encendido melodrama físico sobre la persona, el cuerpo de Lyubov.”

7. Vayan a ver La hora del crimen. No se priven de reencontrarse con Ksenia o Kseniya o Xenia. O de conocerla.