La hora de la religión

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

¿Santa madre?

A casi una década de su controvertido estreno en Italia (recibió un fuerte cuestionamiento de vastos sectores de la Iglesia por su supuesto contenido blasfemo) y su paso por la competencia oficial del Festival de Cannes 2002, llega esta gran película de Marco Bellochio, sin dudas uno de los mejores directores de la historia del cine de ese país. Se trata de un film duro, exigente y muy provocador, cuyo demorado lanzamiento local en DVD ampliado se debe más a un cálculo comercial luego del sorprendente éxito conseguido aquí por Vincere que al genuino interés por distribuiir una propuesta de estas dimensiones y alcances. Sea cual fuere el motivo real, resulta bienvenido su arribo a las salas argentinas para generar lo que podría ser un rico debate intelectual y cinéfilo.

Habituado desde hace décadas a las polémicas, el creador de El diablo en el cuerpo se centra aquí en los dilemas morales de Ernesto (el gran Sergio Castellitto, ganador del European Film Award por este trabajo), un artista plástico ateo que debe enfrentar una compleja confabulación por parte de su familia, que apuesta su futuro a la casi segura canonización de la madre del protagonista, asesinada por su hermano insano.

Con un estilo visual y narrativo tan sugerente como extraño (en el que nada es como parece y en el que el director ofrece más indicios que certezas), La hora de la religión resulta muy interesante en la incursión en la torturada mente de Ernesto, por más que algunos elementos y situaciones no se resuelvan en los términos en que el espectador convencional está acostumbrado a que le "cierren" las historias. Así, aun cuando puede resultar algo desconcertante, esta épica familiar / psicológica / espiritual es otro saludable reencuentro con un director único, poderoso e inteligente como Bellocchio.