La gente del río

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

“Porque no estamos tan solos”, son las últimas palabras de este documental sobre un pequeño pueblo llamado Ernestina. Un pueblo que parece estar en las últimas y cuenta apenas con 150 habitantes tranquilos hasta que empiezan a notar que cada vez aparece mayor cantidad de gente desconocida. Robos y hechos extraños comienzan a sucederse y la gente del lugar no puede evitar preocuparse y llenarse de miedos.
Este documental, que sabe mantener cierta tensión a lo largo de toda su duración (no llega a la hora y media), está afrontado con mucho humor, no sólo desde el modo en que se decide contarlo, sino también gracias a los peculiares personajes que brindan sus testimonios.
Si bien hay un interés por descubrir quiénes son estos vándalos, que la gente de Ernestina asegura que es la gente del río que da título a la película, lo cierto es que nunca se termina de ahondar en una respuesta clara al respecto sobre quiénes y por qué aparecen.
Podría haberse convertido esta película en un retrato más sobre la inseguridad pero en cambio, los realizadores, Martín Benchimol y Pablo Aparo, se alejan de los lugares comunes y esperables y aportan su singular mirada, sin tomar posiciones. Es así que somos testigos de qué sucede cuando en ese pueblo contratan seguridad privada. ¿Se resuelve el problema?
El caso de esta película es extraño ya que en realidad no se ahonda demasiado en qué quieren y quiénes son pero sobre todo por qué llegan a ese lugar esas personas de afuera, es como que se lo intenta pero queda en el aire. Y en cambio toman protagonismo los coloridos pueblerinos que con un humor muy natural van dando sus propios puntos de vista al respecto. Sí queda en evidencia el miedo a lo ajeno, a lo desconocido que tienen estas personas y por qué no, gran parte de la sociedad en sí.
Así es La gente del río, película que ya tuvo su paso con éxito por el BAFICI en el 2013 y algunos festivales más pequeños. Una película extraña y divertida, con un aire de misterio rondando continuamente y un ritmo tranquilo sin ser tedioso, y sin duda una propuesta muy singular, ideal para quienes disfruten de los documentales y sobre todo de cosas distintas.