La era de hielo 4

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Se agranda la familia

Más personajes y el mismo humor, para la fórmula exitosa de siempre.

Película tras película, la saga de La Era de hielo ha sido cada vez más exitosa. Y eso que las tramas han sido en lo básico las mismas: a los tres personajes centrales -Sid, el perezoso, Manny, el mamut, y Diego, el tigre dientes de sable- siempre, sea que deban entregar un humano a su familia, o deban escapar de dinosaurios de otra era, invariablemente deben emprender un viaje de características épicas.

Pero como ninguna saga podría continuar sin una renovación y cambio, se han ido agregando personajes. En verdad, intereses románticos o directamente familiares. Y esa palabra -familia- es clave. Porque el perezoso, el mamut y el tigre son algo así como una familia ensamblada, que va sumando integrantes con cada capítulo. Ahora, es la abuelita de Sid, un personaje enteramente encantador, y una tigresa dientes de sable.

Aquí, todo comienza con la separación de los continentes. Y el cataclismo es obra exclusiva de Scrat, la ardillita que va tras esa esquiva bellota, y que desde el éxito de la primera película bien se merece una película para ella sola. Pero claro, funciona mejor como divisor de escenas, y hasta como relajante y breve interludio cómico.

Por aquello de que las tierras se mueven, Manny queda separado de su mujer Ellie y su hijita Morita, al caerse con Sid y Manny en un trozo de hielo. Y como buen padre, les promete que volverán a encontrarse. Pero la corriente los aleja cada vez más y, además, son apresados por unos piratas, comandados por un simio -llámenlo guiño, homenaje o como quieran, pero cómo se parece el Capitán Tripa a cierto personaje relevante de Piratas del Caribe ...-.

La película tiene suficiente humor, más que nada gráfico, con caídas, golpes y demás, que hacen reír a los más pequeños. Y si no llega al grado de ternura extrema que había tenido la original, por eso de que las relaciones familiares son centrales, impera el sentido de que por más que nos guste alguien, no debemos dejar que nos cambie (Morita se enamora de un mamut con corte de pelo actual, y olvida a su mejor amigo, el topo Louis; no importa el tamaño físico para enfrentar los problemas), y otras más que no pasarán desapercibidas para los chicos.

Mucho ha mejorado técnicamente el diseño de los fondos y de los mismos personajes -el pelaje de Manny y el resto de los mamuts es el mejor ejemplo- y la utilización del 3D tiene su sentido, no es algo meramente superfluo.

Párrafo aparte para el corto que acompaña la proyección de la película, Un día en la guardería , en el que Maggie Simpson tiene un rol fundamental. Dura menos de cuatro minutos, sí, pero es otro motivo por el que vale la pena llegar temprano al cine.