La ciudad perdida

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

La impotencia reflexiva del Hollywood actual plasmada en un producto hecho a base de fórmulas mercantiles, que aseguran cierto éxito comercial y a su vez garantizan el fracaso artístico, de argumento descabellado, formalmente desmañado, con un guion repleto de gags trillados que se abren paso al ritmo de una aventura inverosímil e insustancial.

Lo anterior es la descripción a grandes rasgos de La ciudad perdida, la nueva película de Aaron y Adam Nee, protagonizada por Sandra Bullock, Channing Tatum y Daniel Radcliffe, con una breve participación de Brad Pitt, cuyo papel es lo único realmente divertido, una presencia encantadora que empequeñece al resto del elenco y que justifica la entrada al cine.

Sin embargo, es todo lo que la película tiene de malo lo que, de alguna manera, la ennoblece y la hace llevadera. Hollywood podrá tenernos hartos con sus productos fabricados para el consumo masivo, pero si hay algo que sabe, y que cada vez perfecciona más, es manejar la edición y el montaje, cuyo ritmo imparable hace que hasta el bodrio más acartonado y superficial funcione.

La ciudad perdida cuenta con figuras estelares que se esfuerzan por ser graciosas y por impedir que la tenue llama de la trama se apague. Los directores intentan hacer una película de aventuras con romance, humor, misterio y acción, y con citas de otras películas clásicas del género, recreadas en planos sin el espesor cómico o dramático de sus referentes.

Loretta (Sandra Bullock) es una escritora de bestsellers del género aventuras románticas, que se hizo famosa gracias al libro La ciudad perdida, en cuya portada aparece la imagen del atractivo Alan (Channing Tatum) personificando a Dash, el personaje principal de la novela que le permitió continuar con una exitosa saga.

Loretta y Alan están promocionando el nuevo libro, asesorados por su manager Beth Hatten (Da’Vine Joy Randolph). Después de la entrevista en un programa de televisión, la autora es secuestrada por unos tipos cuyo excéntrico jefe, Abigail Fairfax (Daniel Radcliffe), quiere que Loretta le traduzca unos símbolos que figuran en su nueva novela porque son la clave para encontrar el tesoro de unos antiguos habitantes del lugar.

Pero en ese intento de los directores por mezclar literatura y realidad, y pretender que de alguna manera Loretta y Alan empiecen a vivir una aventura romántica como la de los libros, es cuando la película patina un poco, ya que la intención no está del todo lograda.

Alan recurre a la ayuda de su viejo entrenador Jack, interpretado por Brad Pitt, para rescatar a Loretta de los secuestradores. La participación de Pitt dura poco y el personaje de Tatum tiene que arreglárselas solo para salvar a la escritora, quien se encuentra en una isla perdida a punto de ser ejecutada.

La ciudad perdida tiene un par de chistes efectivos y alguna que otra escena de acción que se destaca por el manejo del suspenso, y Bullock y Tatum tienen un momento logrado en el medio de un río con sanguijuelas, pero que carece de originalidad como para ser considerado destacable.

Sin dudas, la película sobresale cuando el personaje de Brad Pitt entra en acción. Es tanto lo que le aporta la participación del actor que los directores vuelven a recurrir a él, sin ningún motivo lógico ni justificación, cuando ya todo está terminado.