La chica salvaje

Crítica de Santiago García - Leer Cine

La chica salvaje (Where the Crawdads Sing, Estados Unidos, 2022) está basado en un éxito libro escrito por Delia Owens en el año 2018, lo que le asegura cierta repercusión con el público. Pero por si esto fuera poco, tiene una canción original compuesta e interpretada por Taylor Swift. Está producida por Reese Whiterspoon y dirigida por Olivia Newman. Su protagonista, Daisy Edgar-Jones, ha sido vista en la película Fresh y en la miniserie Por mandato del cielo. En el rol de abogado del personaje central trabaja el veterano actor David Strathairn.

Kya Clark (Daisy Edgar-Jones), también conocida como la niña de los pantanos por los habitantes de Barkley Cove, es una joven misteriosa y salvaje. Abandonada por su familia, la muchacha pasa la mayor parte de su vida en las zonas pantanosas del sur de Estados Unidos en los años 50. Cuando un hombre es encontrado muerto en el pantano y se lo vincula a Kya, ésta se convierte en la principal sospechosa de este caso de asesinato. La película entonces cuenta toda la infancia y la adolescencia de la protagonista, su pasión por la etología y su talento natural para dibujar. Sus amores, su lucha por convertirse en una persona educada y los conflictos que la llevaron a donde está.

La protagonista es una actriz carismática y talentosa pero aún así su credibilidad como chica salvaje es escasa. No puede hacer nada frente a una puesta en escena que, salvo algunas escenas horrendas, trata de sostener la sobriedad para ocultar un guión lleno de lugares comunes, tonterías románticas mezcladas con denuncias sociales y finalmente una especie de película de juicio que nunca se vuelve interesante o poderosa. Todo el epílogo, obvio y feo, termina por cerrar una historia que parecía más sofisticada e interesante de lo que finalmente es. La canción es muy linda.