La chica del sur

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Reconstrucción de un amor

En julio de 1989, algunos días después de la masacre de Tian’anmen y pocos meses antes de la caída del Muro de Berlín, el fotógrafo y cineasta José Luis García viajó de casualidad (el invitado original era su hermano, militante de izquierda) a participar de un festival internacional en Corea del Norte financiado por la Unión Soviética para demostrar que el comunismo no era tan cerrado a los extranjeros como se decía.

García filmó aquel viaje con su cámara Súper VHS y quedó conmovido por la historia de una joven de Corea del Sur que, desafiando al gobierno de su país, viajó al evento para desplegar un avasallante y conmovedor discurso pacifista y pro-unificación.

En principio, hay que decir que las imágenes que consiguió el por entonces jovencísimo cineasta son muy logradas y elocuentes (como curiosidad: en la comitiva argentina aparecen desde Eduardo Aliverti hasta el actual ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi), así como de una calidad técnica insólitamente buena teniendo en cuenta el dispositivo utilizado y el paso del tiempo.

Pero García no se quedó sólo en eso: con la ayuda de un amigo coreano, contactó a la hoy docente universitaria y viajó a Seúl para su re(encuentro). Lo que sigue es una apasionante historia de vida. La muchacha pasó tres años en la cárcel cuando regresó a su país y luego perdió un hijo. No conviene adelantar más, pero el film tiene reservadas unas cuantas sorpresas.

Al revés que en Cándido López, los campos de batalla, aquí García aparece muy poco en pantalla ("utiliza" a su amigo coreano como personaje), pero -en una escena esencial, tragicómica y absurda- es "obligado" por la protagonista a ubicarse en el centro de la escena mientras sólo atina a balbucear unas frases con un vaso de whisky en la mano.

El realizador logra trascender las fórmulas ya muy transitadas del documental basado en la idea del regreso a un lugar que fue importante en el pasado para ver qué es de la zona y de su gente hoy. La chica del sur es una pequeña historia de amor y dolor, un film autobiográfico, un documento político, una mirada sociológica y un ensayo sobre al fin de las utopías (ideologías) y el paso del tiempo,

Con un excelente trabajo de edición y con el aporte de Jorge Goldemberg en el guión, García -ganador del Premio del Público y uno del jurado en el último BAFICI- logra durante casi todo el relato combinar con armonía los diferentes materiales, los distintos tiempos y las múltiples aristas de la historia. Sin dudas, una gran película.