La casa por la ventana

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Por pedido de su padre, Julio Saez Jr. (Walter Cornás), un refinado muchacho recién recibido de arquitecto, debe encargarse de organizar la fiesta de año para sus amigos universitarios. Lo que estaba planeado como una velada de vino y queso fino y ambiente snob se transforma en una fiesta descontrolada a puro alcohol, piñas y, sobre todo, Rock ‘n’ Roll.

Quien no disfrutó ni disfruta de las comedias adolescentes de los ’80 —principalmente las que dirigió el especialista John Hughes—, es como si no hubiera tenido infancia. Por suerte, Esteban Rojas y Juan Olivares sí las disfrutaron, y eso se nota en esta comedia juvenil con algunos elementos delirantes —algunos, ya que el estilo es realista, no grotesco, siempre muy universal—, mucha inteligencia y personajes difíciles de olvidar, cercanos a los del cine de Wes Anderson. Pero haciendo más paralelos con la obra de Hughes, la mayoría de los adultos son mostrados como verdugos o, al menos, como personas conservadoras, que no dejan vivir la vida a sus hijos, generalmente porque no los comprenden. Julio muere por hacer música, pero el mandato familiar le indica que debe tener un estudio importante, conseguir un trabajo respetable y preservar el status quo. Esa noche servirá para decidir si se jugará por su pasión. Para ello, serán cruciales Eugenito (Eugenio Rojas), su desestructurado hermano menor adolescente, y su tío Lorenzo (Miguel Barriga), un músico que no pierde el entusiasmo pese a estar en la mala.

Walter Cornás vuelve a demostrar que es el Robert De Niro del under hispanoparlante. Un actor sólido, que puede sostener una película y hasta adoptar acentos. En La casa... interpreta a un chileno, y parece chileno. El público de esta parte del mundo olvidará que nació en España y se crió en Argentina. Su Julio Saez Jr. tiene puntos en común con el Lucas Conserva que encarnó en Filmatrón: personajes que deben luchar para hacer lo que les gusta en un entorno que lo reprime y les indica que es conveniente quedarse callado y seguir a la manada.

Siguiendo con el tema actoral, el co-director Esteban Rojas (también uno de los responsables de Post, de Farsa Producciones) interpreta a un extravagante maloso con nariz de payaso (¡¿?!) y su co-guionista Vlado Rosas encarna... a Vlado.

La banda de sonido incluye temas de Sexual Democracia, banda de Miguel Barriga en la vida real, y de personalidades como Pablito Ruiz y La Mona Jiménez (Julio usa el tema “Beso a beso” como ringtone de su celular, lo que provoca un efecto desopilantes cuando suena).

La casa por la ventana es otra muestra de que no se necesitan de presupuestos millonarios ni de estrellas para hacer una película entretenida, que emane la mejor onda y que al mismo tiempo tenga algo más para decir. Otra muestra de que, contra todos los obstáculos, vale la pena filmar. Mejor dicho, de que vale la pena hacer la tuya.