Kompromat: el expediente ruso

Crítica de Santiago García - Leer Cine

La película se basa muy libremente en hechos reales. Esto está debidamente aclarado, para que nadie mire para un costado y crea que el concepto de entretenimiento que Kompromat: el expediente ruso es por eso menos valiosa como denuncia del accionar de la inteligencia rusa. Mathieu, diplomático francés y miembro del instituto francés de Irkutsk, un día es sorpresivamente arrestado y encarcelado por las autoridades rusas acusado de abuso sexual a su propia hija. El “Kompromat” es un término ruso para describir materiales comprometedores sobre políticos o figuras públicas. Con la ayuda del FSB (Servicio Federal de Seguridad de Rusia), alguien ha creado un falso caso para incriminarlo. Sin ninguna chance de recibir justicia, la única opción que le queda a Mathieu es escapar. La película transmite la angustia y la claustrofobia de un sistema totalitario de una absoluta impunidad, al mismo tiempo que busca entretener con las herramientas del cine de género. La combinación entre ambas cosas no siempre consigue estar equilibrada, pero la contundencia de lo que cuenta, licencia más, licencia menos, termina mostrando toda su dimensión de horror.