Kick-Ass

Crítica de Rodrigo Seijas - CineramaPlus+

Lo primero es empezar

Interesante filme que nos lleva a guardar esperanzas sobre el desarrollo de esta saga.

Ya habíamos tenido una adaptación de un comic de Mark Millar con Se busca. Y había sido un asco: un filme pretencioso en el peor sentido del término; que se creía superior a sus personajes; que hacía un diagnóstico superficial de la sociedad; incoherente en sus tesis sobre la violencia y sus efectos; autoritaria a la hora de proponer búsquedas o salidas.

De ahí que la transposición de Kick-ass no causara tantas expectivas, a partir del temor de que fuera básicamente un conjunto de ideas visuales ingeniosas o que terminara siendo una parábola fascista. Por suerte, el filme de Matthew Vaughn no cae en la mayoría de esas trampas, ya que no tiene las “ambiciones” de Wanted. Sus metas son, en principio, mucho más humildes, aunque se los toma con la seriedad suficiente. El objetivo inicial lo cumple con creces, aunque todavía le queda la parte más difícil del camino.

Kick-ass se impone fácilmente a partir de su desprejuicio absoluto, de su irresponsabilidad en el mejor de los sentidos. No le importa mostrar escenas de acción con una menor disparando por doquier y matando gente como quien se cepilla los dientes. Tampoco a un adolescente queriendo ser súper-héroe por motivos esencialmente individualistas, conectados con su enamoramiento de una chica y la necesidad de reforzar su autoestima. Mezcla géneros y sub-géneros en una gran batidora, a mil por hora: la parodia de los superhéroes; la acción violenta y tarantinesca; el relato de iniciación adolescente al estilo Supercool; la sátira gangsteril derivada de Analízame o Los Sopranos; la historia de amor construida a partir de los malentendidos.

Toda esta mixtura da un resultado desparejo. Hay varios personajes que quedan en el imaginario del espectador a partir de su simpatía, pero otros que dan la impresión de que les faltó desarrollo, quedando desdibujados. Lo mismo sucede con los villanos, que no ostentan la potencia necesaria. La impresión general es que este es el comienzo de una historia mucho más rica, que va a necesitar de muchas eventualidades para redondearse de la mejor forma.

Y sin embargo, Kick-ass es entretenido, enérgico en su concepción. Y esa misma impresión negativa de que se requiere un mayor desarrollo, es asimismo la promesa positiva de que queda mucho por delante, pues ya la segunda parte está en desarrollo. Y en este caso, es más que pertinente.