Kick-Ass

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Desprejuiciada sátira con espíritu pop

Kick Ass sorprende, pero su propuesta se agota rápido

En esta sátira del universo de los superhéroes (llena de referencias a la estética del cómic y a sus populares personajes luego adoptados por el cine) se combinan con bastante ingenio, inspiración y humor negro elementos que Hollywood ha trabajado en las comedias sobre el despertar sexual adolescente (desde Porky´s hasta American Pie , pasando por la más reciente Supercool ), con un desprejuiciado espíritu pop a la hora de mostrar una violencia extrema (al borde del gore y del grotesco) y al mismo tiempo elaborada con mucha estilización y artificio que remite al Quentin Tarantino de la saga de Kill Bill y de Bastardos sin gloria.

Destino de culto

El resultado de esta apuesta del coguionista y realizador Matthew Vaughn (director de Stardust: El misterio de la estrella ) es bastante sorprendente y eficaz durante la primera de las dos horas del film, cuando se presentan el mundo íntimo y los conflictos de los distintos protagonistas -un adolescente con problemas de autoestima que sufre la muerte de su madre (Aaron Johnson); un padre y una hija de 11 años adictos a las armas (Nicolas Cage y Chloe Moretz, toda una revelación), y el hijo de un poderoso narcotraficante de Nueva York (Christopher Mintz-Plasse)- y cómo cada uno de ellos decide convertirse en "superhéroe" cuando en realidad ninguno tiene poderes sobrenaturales.

El problema es que, una vez que se agotan los hallazgos y ocurrencias, cuando los guionistas ya se han burlado de todos los clisés, lugares comunes y estereotipos de los géneros que abordan con la idea de conectar con el público juvenil amante de las historietas y de las redes sociales de Internet, el film empieza a repetirse y a caer en situaciones que se estiran demasiado y en escenas de acción con resoluciones bastante convencionales.

Demasiado cínica, calculada y políticamente incorrecta para algunos, retrato generacional con inevitable destino de culto para otros, Kick-Ass es una película irregular en su resultado final y discutible tanto desde lo artístico como desde lo ideológico. Pero, a diferencia de la inmensa mayoría de las producciones de Hollywood, propone unas cuantas ideas (en especial sobre la obsesión por la violencia de la sociedad estadounidense) y provoca amores y rechazos casi por igual. En épocas en que el cine genera más indiferencia que pasiones, no parece un mérito menor.