Jack y Jill

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Es bueno que sepan que en general, Adam Sandler es un tipo que mi hija quiere mucho (aún no sé el porqué siendo que no cumplió 6), y muchos de sus títulos ella (y yo) los hemos visto una y otra vez. Por ende, tengo cierta familiaridad con su humor y hasta en algún punto, varias comedias me parecieron buenas ("Zohan..." me encantó, "50 first dates" también... e incluso "Funny people" me pareció un paso adelante en su carrera). No soy uno de esos críticos tradicionales a quien todo lo que él hace le parece basura y entiendo que el hombre se ganó un lugar en la industria honestamente (con su histrionismo ocurrente y a pesar de errarle a muchas elecciones).
Su último trabajo ("Grown ups"), sin embargo, ya no me había gustado para nada y la tendencia a sumar amigos famosos y "ver que pasa", comenzó a agotarse sin que Sandler diera señales para modificarla. Es más, no bastaron los simpáticos cómicos de la tevé que él le gusta traer a sus films, sino que invitó para esta "Jack y Jill" nada menos que a Al Pacino para que se uniera a la banda (porque eso son, una banda) y perdiera prestigio de la peor manera imaginable: parodiarse a sí mismo en una comedia mediocre. Mucho, para un actor de su relieve. Acaso un intérprete de esta envergadura no puede leer un guión como este y declinar la oferta? Tan amigo es Pacino de Sandler? Será que hay un interés romántico como la película sugiere?
Vamos de a poco...

Jack (Sandler) tiene una buena vida. Está casado con Erin (Katie Holmes) y tienen dos hijos, un poco freaks pero bueno... Qué niño es normal en una comedia americana de estos tiempos? El es ejecutivo de una agencia de publicidad y en los primeros minutos de proyección ya nos anticipan uno de los ejes de la trama, Dunkin Donuts amenaza con dejar de trabajar con su grupo si Jack no consigue que Al Pacino (y sólo él) estelarice el comercial del producto nuevo de la compañía... (No sabemos cuanto puso la franquicia pero en estos días que corren a los anunciantes hay que tenerlos durante toda la cinta para engancharlos parece) Y al muchacho feliz ràpidamente se le oscurece el panorama: no sabe como conectarse con el actor y encima de todo, llega su pesada hermana gemela.
Jill (Sandler, otra vez, pero con una peluca y algo de ropa de mujer) llega de visita a la casa de Jack de visita por unos días. Ella es soltera, grosera, descuidada, ignorante... Un lujo eh! Pero enarbola como símbolo el amor fraternal que siente hacia su hermano todo el tiempo sin límites. Esa actitud irrita a Jack todo el tiempo. La película intenta transmitir, dentro del registro que puede, lo importante que es llevarse bien con la familia, a cualquier precio (?). Los gemelos tienen una conexión (por más que se resistan, comparten el actor no?), pero no podemos ver más allá de los chistes escatológicos a los que Sandler y compañía nos tienen acostumbrados. Algunas muecas, caídas y ruidos feos y con eso basta para caracterizar su relación.
Accidentalmente Pacino verá a Jill en un partido de los Lakers y se enamorará perdidamente de ella. De ahí en más, la historia mostrará como Jack intentará sacar adelante el comercial (usando a su hermana como carnada) y abordará la resolución de algunas cuestiones domésticas que tienen que ver con lo vincular.

El guión con el que trabaja Dennis Dugan (quien ya viene dirigiendo a Sandler en varias oportunidades) es pobrísimo. Dos o tres líneas para desarrollar la trama y a rodar. La caracterización que el comediante hace de Jill empieza mal: apenas algo de maquillaje y ... una peluca, eso es todo. A millones de años luz de Steve Martin ("All of me") y Dustin Hoffman ("Tootsie"), quienes sí entendieron que si hacen de mujer, deben PARECER una. Aquí, eso parece no haber importado. Debe ser que los productores pensaron que era gracioso ver una composición tan poco seria y que eso sumaría al clima de delirio. Pero no. Es una desprolijidad y una falta de respeto al espectador... Caicaturizaron la relación al no prestarle cuidado a los detalles.
Y Pacino... Bueno, salí de la sala enojadísimo con su trabajo. La cinta es un vehículo para su ridiculización y él la acepta gustoso. Una cosa es reirse de sí mismo y otra ser patético. En esta película, el genial actor derrapa mal... y eso que se interpreta a sí mismo!!!
Creo que esta cinta es de las peores de Adam Sandler y me hace pensar que voy a confinar todos sus DVDs lejos del alcance de mi hija. He dicho.
(Si nos cuesta soportarlo solo, se imaginan por dos? Bueno, eso...)