IT: Capítulo 2

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Tras una primera entrega de "apenas" 135 minutos y 35 millones de dólares de presupuesto estrenada hace dos años, el cierre de It ha duplicado el costo de producción, incorporó un elenco de figuras de primera línea (James McAvoy, Jessica Chastain y Bill Hader, entre otros, se suman al Pennywise de Bill Skarsgård) y tiene una duración insólita (169 minutos) para los estándares actuales del género.

En ese sentido, y más allá de algunas buenas dosis de sustos, humor negro, tensión y estallidos de sangre, podríamos definir a It - Capítulo dos como la " Avengers del cine de terror" por su despliegue de recursos, la gran cantidad de personajes centrales, las múltiples capas narrativas y la permanente búsqueda de la espectacularidad. Esa grandilocuencia, esa necesidad de provocar impactos y generar estímulos constantes, es a la vez uno de los mayores atractivos y uno de los principales problemas de la propuesta: la mayoría de las escenas analizadas de forma independiente tienen sus hallazgos y en varios casos incluso están muy bien construidas, pero la tendencia a la acumulación a veces un poco caprichosa también puede distraer o incluso irritar.

Es que, más allá del respeto al espíritu y la lograda transposición de muchos aspectos de la novela de Stephen King, sus 169 minutos no se justifican demasiado. El director argentino se da todos los gustos (incluidos cameos del mismísimo Stephen King, Peter Bogdanovich, Xavier Dolan y el suyo), pero hay algo de regodeo presuntuoso en un corte final de esas dimensiones.

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Ambientada en 2016 (27 años después de los sucesos narrados en la primera parte), este cierre presenta las versiones adultas de aquellos niños de 1989: Mike (Isaiah Mustafa) es el único que se ha quedado en Derry, Maine, mientras que Richie (un extraordinario Bill Hader), Eddie (James Ransone), Bill (James McAvoy), Beverly (Jessica Chastain), Stanley (Andy Bean) y Ben (Jay Ryan) han intentado rearmar sus vidas y superar aquellos traumas infantiles. Pero, claro, Pennywise reaparece (también recargado tanto en inteligencia como en violencia) y Mike los convencerá de regresar al pueblo. Desde entonces, Muschietti pendula no siempre con igual eficacia y fluidez entre el presente de los adultos y los flashbacks con las desventuras del Club de los Perdedores en sus instancias preadolescentes.

Más allá de cierto trazo grueso psicológico, y de sus excesos y desniveles (narrativos), It: Capítulo dos no defraudará a los fans del universo literario de King. Hay escenas para todos los gustos: desde un parque de diversiones hasta momentos de corte surrealista y tono alucinatorio elaborados con sofisticados efectos visuales. Para Muschietti, además, es la confirmación de que puede lidiar no solo con una ambiciosa estructura coral, sino también con múltiples estrellas que se vieron obligadas esta vez a compartir su protagonismo. Su carrera en Hollywood, sin dudas, continúa en ascenso.