Independencia

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

La consagración del joven maravilla del cine filipino

Sin dudas, la mejor película de todas las que vi de este prolífico e inclasificable joven maravilla del cine filipino. Tras algunas decepciones que me llevé con Now Showing y con algunos films experimentales que se exhibieron en el BAFICI, Independencia me terminó de convencer de que estamos ante un gran director.

Esta historia de una familia, ambientada a principios del siglo XIX en plena jungla, y en momentos en que el país está a punto de ser invadido por los norteamericanos, "dialoga" con, por ejemplo, la fábula y las tradiciones del Apichatpong Weerasethakul de Tropical Malady y se asemeja en la utilización de fondos pintados a los frescos históricos de Eric Rohmer), pero Independencia no deja de ser una película única, clásica y moderna a la vez, que remite al cine mudo (mayoría de planos fijos en blanco y negro con saltos de luz y movimientos propios de aquel período silente), aunque al mismo tiempo apela en la mitad a un falso documental de época, incluye una animación fantasmagórica casera o se arriesga sobre el final con destellos de color y de pintura.

Una larga secuencia con una tormenta de proporciones "bíblicas" quedará entre lo mejor de su corta pero ya extensa filmografía. La película más "accesible" (si ese término puede usarse en el cine de Martin), más narrativa y mejor producida (contó con financiación francesa y apoyo de todo tipo de festivales y fondos europeos) de un director que, ahora sí, encontró cómo seguir contando la historia de su país de una manera bella y singular.