Incomprendida

Crítica de Roger Koza - La Voz del Interior

La infancia diseñada

La simpatía de la joven actriz Giulia Salerno se destaca auténticamente en un universo demasiado colorinche, expresión de un diseño obsesivo que intensifica los colores como si estos exteriorizaran la histeria de la madre (adoptiva) y el narcicismo del padre. La vida doméstica es aquí un infierno multicolor, y en la apuesta que realiza la actriz y directora Asia Argento en Incomprendida el color es tan programático como los encuadres enrarecidos. De lo que se trata es de comunicar la violencia de la realidad circundante en la recepción sensible de una niña de nueve años llamada Aria.

La historia transcurre en 1984. Roma es la ciudad elegida, aunque lo que sucede fuera del mundo familiar queda en fuera de campo, excepto los escándalos faranduleros que involucran al padre, un actor famoso, y a la madre, una música reconocida. Ya en la escena inicial, la asfixia emocional se percibe como una situación cotidiana y la tensión vincular es la regla que determina los intercambios familiares. La posición familiar de Aria remite ligeramente a la Cenicienta, pero la pobreza está erradicada del mundo de la niña. Aunque quizás no del todo: una vez que los padres se separen, Aria llegará a dormir algún día en la calle. El desamparo es su destino.

Incomprendida insistirá en mantener la altura de la cámara en total consonancia con la mirada de la niña, con algunos planos generales en picado que interrumpen ese registro y que se despegan del punto de vista propuesto. Desde sus ojos y su percepción surge literalmente el relato, una cercanía voluntaria que Argento privilegia siempre y lo confronta con un sinfín de situaciones crueles. Todos, excepto el gato Cad (su ángel de la guarda imaginario y real), le fallarán a Aria, incluso su gran amiga de la escuela, que paulatinamente la irá abandonando. La crueldad, sin duda, existe en el mundo de los adultos, pero aquí parece una imposición caprichosa que empujará al personaje a una decisión radical, que Argento no acompañará hasta las últimas consecuencias. El límite que los padres desconocen será retomado por la realizadora, como si fuera un hada madrina.

Se ha insistido en varias ocasiones en que este filme es nuestro 400 golpes de hoy. De aquella película solamente recoge el desamparo, ya que el registro responde más a un universo de diseño que a cierta forma de aproximación natural a la infancia. En verdad, Incomprendida es una suerte de tibio remedo de Mouchette para pudientes. La opulencia del diseño es incompatible con el dolor de saberse solo y detectar a su vez que el mundo expele a los sensibles.