Imperio de luz

Crítica de Manuel Germano - Ociopatas

En la sección autoras y autores del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se exhibe «Empire of light», la última película de Sam Mendes (007 Operación Skyfall, 1917), una historia sobre el amor y el cine que estrenará en EE.UU el próximo 9 de diciembre.

El director traslada al espectador a Kent, Reino Unido y lo sitúa a mediados de los 80. En el icónico cine Empire cada uno tiene su función asignada. Hilary (O. Colman) es la subgerente de turno, una mujer de mediana edad que realiza su trabajo con compromiso, mantiene una buena relación con sus compañeros y un vínculo más que particular con su jefe, el Sr. Ellis (Colin Firth). La rutina de la protagonista se modifica cuando se suma al equipo de trabajo Stephen (Micheal Ward). Ambos se enamoran entre sí y comienzan una historia que en gran parte es narrada dentro de las instalaciones del Empire, especificamente en los salones que no se utilizan. Cada uno de ellos carga con un peso que los angustia, un pasado oscuro atravesado por una internación médica en el caso de Hilary, y el rechazo constante por parte de la sociedad que lo rodea que padece Stephen. Ambos se complementan y compensan el dolor del otro, como un antídoto que se vuelve necesario para seguir día a día.

Mendes escribe y dirige una historia sensible que recorre el amor, la soledad y el cine como escape y salvación. Si bien por momentos la película se torna en exceso melodramática es meritorio el trabajo cómo director en lograr que cada uno de los personajes aporte diferentes matices. El trabajo de Toby Jones (que encarna al apasionado proyectorista del cine empire) es impecable. Colman se hace cargo del peso dramático con el compromiso que la caracteriza.

Un drama sin fisuras narrativas más que conmovedor.

Opinión: Muy buena.