Imparable

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Entretenimiento a toda máquina

Con el acostumbrado despliegue visual de los films de Tony Scott, llega este thriller en el que un experto y un n ovato deben detener un tren fuera de control. Con Denzel Washington, Chris Pine y Rosario Dawson.

El director de Imparable es Tony Scott, y este no es un dato menor. Él ha dirigido films reconocidos por la taquilla y poco a poco valorados por la crítica. El ansia, Top Gun, Días de trueno, Marea roja, Enemigo público, Deja vù y su film anterior a Imparable, Rescate del Metro 123. Y si bien nunca ha conseguido un alto prestigio ni ha sido considerado un genio, la suma de sus films demostró que tenía oficio. Y que toda su filmografía demostraba un importante despliegue visual que, aun demostrando su herencia publicitaria, hacía de cada película un gran espectáculo. Imparable no es la excepción a la regla, es más bien la confirmación de todo esto. Esta vez la acción gira en torno a un tren fuera de control y dos hombres –un experto y un novato– que deben detener esa formación fuera de control. Tony Scott es el verdadero artífice de algunas secuencias de acción memorables, donde la sensación de aferrarse a la butaca puede ser literal para muchos espectadores, pero también consigue que sus actores puedan aportarle una fuerte dosis de credibilidad a sus personajes y por extensión a la tensión de toda la película.
Para que las escenas de acción funcionen se necesita, sí, un director que muestre esas escenas con vigor, pero a la vez se precisan rostros para que el espectador pueda identificarse con los protagonistas y sus conflictos. En este caso, ellos son Denzel Washington, probado actor dramático y de acción– que aquí hace su quinta colaboración con Scott y Chris Pine –que viene de iniciar una nueva saga de Star Trek y que aquí prueba junto a los grandes, su suerte a futuro. Ellos dos llevan adelante la mayor parte de la trama. Scott, un director claramente populista, coloca conflictos en ambos, y los hace discutir a lo largo de la trama. Tal vez sus conflictos no estén planteados con una complejidad extrema, pero lo que se busca es dotar a estos dos personajes de humanidad. La historia, metafórica y literalmente hablando, trata sobre dos hombres que retoman el dominio de situaciones fuera de control, por un lado el tren, por el otro sus propias vidas. Con una consigna algo limitada y elemental pero directa, es fácil dejarse llevar por la trama y disfrutar del espectáculo en la pantalla grande del cine. <