Holy Spider

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Bastante polémica causó en su premiere mundial en la última edición del Festival de Cannes la proyección de Holy Spider.

Ali Abbasi, reconocido cineasta iraní, que sorprendió con Border en 2018, estudió cine en Suecia y está radicado en Dinamarca, y por eso Holy Spider fue enviada por este último país a la competencia al Oscar a la mejor película internacional (no entró y no compite con Argentina, 1985), y no Irán, que es donde transcurre la trama.

La película se basa en hechos reales, ocurridos entre 2000 y 2001. El título del filme refiere a un misterioso asesino que ahorcó a 16 prostitutas en la ciudad santa de Masshad, creyendo que era un abanderado de la moralidad y estaba limpiando la ciudad de corrupción.

Y se convirtió en un popular héroe de la derecha religiosa.

Un psicópata, sí.

Saeed Hanaei (interpretado por Mehdi Bajestani) es en apariencia un ejemplar padre de familia. Veterano de guerra que se desprecia a sí mismo por no haber sido un héroe o un mártir, trabaja en la construcción pero, en cuanto tiene una oportunidad y su familia no está en su casa, sale a la noche con su moto, “contrata” el servicio de alguna prostituta en la calle, la lleva a su hogar y las mata. Utiliza siempre el mismo método.

La policía no tiene ni un solo sospechoso, y allí es donde ingresa la periodista de Teherán Rahimi (Zar Amir Ebrahimi, que ganó el premio a la mejor interpretación femenina en Cannes). Ella tiene una teoría: que si el asesino sigue libre es porque la policía no se preocupa del caso, y lo mismo el poder judicial. Todos serían parte de un rancio patriarcado.

La periodista está en contacto con un colega local (Arash Ashtiani), al que Spider llama cada vez que comete un asesinato desde un teléfono público. Se entiende el motivo: el Holy Spider desea que lo que hace, tenga máxima difusión, y se entere todo el mundo.

Y Rahimi imagina una situación para dar con el criminal: se hace pasar por una trabajadora sexual, con la esperanza de que el asesino la contrate y el periodista amigo los siga.

Puede parecer algo inverosímil -de hecho, los personajes de los periodistas son ficticios-, y la película plantea por esos momentos una historia entre detectivesca y poco probable: si el periodista pierde en el camino al asesino y a Rahimi, lo que es una posibilidad real, bueno, la película iría por otro lado.

Donde acierta Abbasi es en la construcción del personaje de Holy Spider. Tanto en sus acciones hogareñas, como luego sentado en el banquillo de los acusados, el tipo parece tan seguro de sí mismo -y desafiante- que da terror.

Esta película que estrena este jueves en ocho salas en la Argentina, llegará en el mes de marzo al streaming, por MUBI.