Historias napolitanas

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

El cine italiano contemporáneo parece tener un cierto resurgimiento

Del 2 al 8 de junio pasado tuvo lugar la tercera edición de la Semana de Cine Italiano, con la presentación de doce largometrajes en calidad de preestrenos.

Por primera vez, en eventos de esta naturaleza, ocurrió que la mayoría de los títulos exhibidos ya tienen su distribución asegurada, dado que seis empresas habían adquirido previamente los derechos de exhibición de las películas. Una posible lectura de este hecho es que el cine italiano está teniendo un mayor atractivo y cierto resurgimiento tanto artístico como comercial en el país de origen así como en otros, tal el caso de Argentina.

“Historias napolitanas” (“Bagnoli Jungle”) ha sido el segundo en estrenarse y lo menos que puede afirmarse es que se trata de una propuesta absolutamente original y difícil de clasificar dentro del cine que nos llega últimamente.

Su realizador Antonio Capuano es un total desconocido en nuestras pantallas, pese a tener con la película que se estrena ocho en su haber.

El título original alude a Bagnoli, un barrio de clase media baja de Nápoles, como lo enfatiza el agregado de “jungle” (jungla) y donde hay tráfico de droga, robo de autos y mucha prostitución.

Son tres historias encadenadas con personajes relacionados entre sí. Giggino (Luigi Attrice), el primero vive del robo de celulares y otros objetos olvidados distraídamente en los autos. Pero además se gana algunos euros cantando en bares, escena muy divertida cerca del inicio del film.

Su padre (Antonio Casagrande) trabajaba en una acería cerrada desde hace tiempo y que la inquieta cámara de Capuano filma desde muy diferentes posiciones de la cámara. Es un devoto de Maradona y guarda una supuesta camiseta del jugador pero su actual deporte es ver desnuda a la mujer ucraniana que se ocupa de sus menesteres domésticos.

El tercer personaje e historia es Marco que trabaja de repartidor en una especie de almacén que tanto recuerda a los que aún hoy persisten en nuestro país. Y que demuestra la enorme influencia italiana en Argentina en todos los sentidos, al punto de que muchos de los personajes parecen calcados de nuestros propios habitantes. Vale la pena señalar que el actor Marco Grieco menciona en algún momento su actuación en un film de nombre “La guerra de Mario”, donde actuó cuando sólo tenía algo menos de diez años y que efectivamente fue dirigido por Capuano.

“Historias napolitanas” es un film de gran frescura y distinto a casi todo lo visto localmente y que podría considerarse un homenaje a ciertas obras del neorrealismo italiano.

De los restantes films vistos en la “Semana de cine italiano” señalemos el ya estrenado “El hijo perfecto” de Francesca Archibugi, con muy buenas interpretaciones de Alessandro Gassman (que ha heredado parte de los atributos de su padre), Micaela Ramazzotti (cuyo parto al final es real y cuyo marido es nada menos que Paolo Virzì, como lo atestiguan los títulos finales), la napolitana Valeria Golino (dos veces dirigida por Antonio Capuano) y Luigi LoCascio.

En cuanto a “No renuncio!” (“Quo vado?”), de Gennaro Nunziante, es otro realizador desconocido y éste el cuarto de su filmografía y primero que se estrenará localmente y al que seguramente nos referiremos una vez se presente aquí. El personaje central es Checco Zalone, también conocido como Luca Medici, cuya filmografía, siempre junto a Nunziante, se reduce a cuatro títulos. Es el mayor éxito comercial de Italia en 2016 superando los ocho millones de espectadores y seguramente en Argentina llevará mucho público.

De Marco Bellocchio se vio “Sangre de mi sangre”, su penúltimo film visto recientemente en el BAFICI. Transcurre en dos periodos, separados por varios siglos, con notable fotografía y varios actores importantes (Alba Rohrwacher, Roberto Herlitzka, varios familiares de Bellocchio: Pier Giorgio, Elena, etc).

Por último “Las confesiones “ (“Le confessioni”) inauguró la muestra de Cine Italiano y fue presentada por su director Roberto Andó, del que ya se había visto la anterior “Viva la libertà”. Un notable elenco es encabezado por Toni Servillo (“La grande belleza”), aquí en el rol de un cura confesor de una muy estricta orden religiosa. Es invitado por el Director del Fondo Monetario Internacional (Daniel Auteuil), quien al día siguiente aparece muerto (suicidio?).

Todas las películas mencionadas son o serán exhibidas localmente, lo cual constituye una muy buena noticia.