Hermosa venganza

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Personas amables capaces de hacer cosas terribles. Esos son los personajes de Hermosa venganza, la primera película candidata al Oscar en estrenarse en cines en la Argentina, dirigida por Emerald Fennell (The Crown) con la también británica Carey Mulligan como protagonista.

Hermosa venganza, curioso título que no traduce en absoluto el más poético y original Promising Young Woman (Mujer joven prometedora) es la película del momento.

Y a la vez, la película para este momento. Es un thriller de venganza en tiempos del #MeToo.

Cassandra (Mulligan) fue masticando rabia, además del chicle azul, durante años. Algo sucedió hace un tiempo, pero ni ese hecho ni el tiempo transcurrido han hecho que Cassie lo olvidara.

Y no es que no haya tomado determinadas decisiones desde que abandonó la carrera de medicina en la Universidad (de ahí el Promising Young Woman del título original).

No.

Pero un día Cassie resuelve, con determinación, terminar con su trauma.

Su rutina diaria consiste en ir de casa -treintañera, vive con sus padres- al trabajo -una cafetería en la que no suele tratar demasiado bien a los clientes-. Pero a la noche se arma.

Cassie tiene un plan para castigar, de alguna manera, a los hombres que, cuando la ven totalmente borracha, tirada en un sillón con o sin las piernas abiertas, intentan aprovecharse de ella.

La escena es más o menos así: ella acepta que el hombre -que puede ser blanco, o afroamericano, por lo general es joven- la “convenza” de llevarla a su departamento, y cuando el tipo intente propasarse, les frena el carro enrostrándoles la perversión.

Pero cuando a su cafetería entre Ryan (Bo Burnham), un ex compañero de la facultad, de a poco se le enciende la sed del edulcorante que mejor le cae a estos tiempos.

La venganza.

No importa que ella le escupa el café que le acaba de servir, Ryan se siente atraído por Cassie. Y Cassie también siente esa afinidad, pero no piensa olvidar lo que sucedió con su mejor amiga en una fiesta en el campus de la universidad, ni su plan de castigo nocturno.

Aunque ¿qué tal si reactiva una vendetta con los responsables directos del abuso sexual que sufrió su amiga?

Hermosa venganza es un drama, pero teñido de comedia negra. Negrísima. O es una comedia negra con bastante de drama, como prefieran.

Lo de “personas amables capaces de hacer cosas terribles” lo ha dicho la directora Fennell (es Camilla Parker Bowles en la serie The Crown, y se dejó un papelito en el filme: está en el video tutorial del sexo oral). Y correría tanto para los depredadores de antaño como para la propia Cassie.

Fennell -candidata a tres Oscar, ya que es productora del filme, lo dirigió y escribió el guion- nos pide que empaticemos con Cassie, algo que no nos cuesta nada, aún cuando haga “cosas terribles”.

Y la directora, en su opera prima, ha trabajado hasta los colores (con preponderancia del rojo y el azul) no con un sentido kitsch, sino para presentar los estados de ánimo de esta vengadora serial feminista, que les demuestra a los hombres que ya no pueden actuar con impunidad.

Tiene un estilo descarado, tremendamente divertido aunque se meta en asuntos oscuros.

Es cierto que Hermosa venganza arranca, por momentos, carcajadas, y por otros la risa se atraganta. Bienvenidos los límites que se corren.