Habitares

Crítica de Ezequiel Obregon - EscribiendoCine

Pasado y presente

La realizadora Marina Zeising ofrece con Habitares (2014) un retrato de Herta Scheurle (Sonia Staber), actriz argentina formada en Europa que vio interrumpida parte de su carrera artística tras un accidente.

En Habitares hay una principal línea rectora, centrada en la figura de Herta Scheurle, actriz argentina que pudo haberse convertido en la musa inspiradora del director alemán Rainer W. Fassbinder. No sólo la alejó de ese destino el accidente que tuvo poco antes de filmar, sino también la enfermedad de su padre (que la trajo de nuevo a la Argentina). Zeising se propone indagar en aquel viejo anhelo cinematográfico. De la memoria surgirán varias preguntas; sobre la vida, el valor del arte de la actuación en la formación subjetiva, el azar, el destino.

El objetivo de Zeising se cumple: efectivamente, la anécdota es atractiva y su film ofrece una mirada ni invasiva ni incompleta de Scheurle, lo suficientemente retratada en pantalla como para que cada espectador encuentre al menos un punto de interés. El problema no está en el objetivo, sino en el recorrido hacia él. Tal vez, porque esa inicial línea de investigación se disipa en torno a la figura de la propia directora, que aparece en cámara para subrayar la idea de búsqueda, de “indagación”. Son sus preguntas las que obturan la espontaneidad del material, así como cierto leit motiv musical que no produce matices en las diversas secuencias.

Igualmente disruptiva es la inclusión de ciertos pasajes que, si bien no operan como una ficción (tal como se entendería genéricamente), sí alegorizan merced a la aparición de una niña las vivencias y jovialidad que la actriz aún posee. Hacia la mitad de Habitares, el film intenta trazar una analogía en el destino de las dos mujeres (una, con la propuesta de hacer una pequeña actuación teatral para cumplir con el deseo de actuar; la otra, concediendo esa propuesta y produciendo la finalización del documental). Tal como se ofrece ese trayecto, se genera cierta distancia con el espectador; tal vez, por la falta de espontaneidad que demuestra en pantalla.

A nivel visual, la película oscila entre lo testimonial y lo didáctico (con elecciones poco comprensibles, como buscar a Fassbinder en Wikipedia). El relato crece mucho con la presentación de algunas filmaciones en 18 mm que muestran a la actriz de niña y adolescente, o con reflexiones que la definen de forma tangencial (“Los directores no se enamoraban de mí, porque si se hubieran enamorado yo no estaría acá”). En suma, Habitares nos presenta a un personaje atractivo, en una recuperación del pasado con ojos contemporáneos.