Gracias por compartir

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

La primer película que dirige Stuart Blumgerg, guionista de "The girl next door" y "The kids are all right", es un retrato sobre las adicciones, en particular la adicción al sexo. Tim Robbins, Mark Ruffalo y Josh Gad interpretan a tres hombres adictos al sexo, tres etapas distintas de la ¿recuperación? de una enfermedad.
Mike (Robbins) es un hombre con un matrimonio de tres décadas junto a una bella mujer (Joely Richardson) que lo bancó en todas, y un hijo drogadicto (Patrick Fugit) que reaparece tras varios años intentando enmendar la relación, y a la vez es el encargado de las sesiones terapéuticas.
Adam (Ruffalo) es un hombre atractivo y exitoso que hace cinco años que no tiene ningún tipo de relación sexual pero cuando conoce a una bella mujer (Gwyneth Paltrow) comienza a plantearse algo que debería ser normal para todo el mundo pero para él no lo va a ser: tener una relación de pareja.
Y Neil (Gad) es un doctor cuyas compulsiones y sus pocas ganas de curarse, al menos hasta que entabla una amistad con otra chica en recuperación (Pink), lo llevan a ser despedido del trabajo. Gracias por compartir trata temas complicados pero lo hace con liviandad, además de no terminar de decidirse a qué genero pertenece.
No es ni una comedia romántica, ni un drama, es algo intermedio que no termina de funcionar ni como uno ni como otro, y mucho menos en su conjunto. El retrato de estos hombres cada uno lidiando con su enfermedad como puede, es interesante por momentos pero incluso se termina tornando predecible.
El tono es intimista y los actores le influyen mucha naturalidad a sus respectivos personajes, pero las dos horas que dura la película comienzan a sentirse, especialmente después de largo tiempo empezada la película en el que los protagonistas apenas se movieron del lugar donde estaban.
Pero a la larga, "Gracias por compartir" es una película sin pretensiones y sin necesidad de recurrir a golpes bajos ni a un clima frío y tenso como el que inundó Steve McQueen de su película, "Shame", sin importar cuánto funcionaba en aquella. Es ligera, salvo por algún momento en que quiere profundizar y termina descolocando un poco, y accesible, aunque puede dejar sabor a poco.