Gigante

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

¿Qué ves cuando me ves?

En medio de tantas películas ampulosas, solemnes, pomposas e infladas (desde todo punto de vista) que abordan temas “importantes” y “trascendentes”, la aparición de una modesta, sencilla y querible historia de amor resulta a esta altura una bienvenida rareza.

Esta opera prima del argentino -residente en Montevideo desde hace más de cinco años- Adrián Biniez narra la historia de Jara (Horacio Camandule), un guardia de seguridad treintañero y fan del heavi-metal que trabaja por las noches en un supermercado de la capital uruguaya. A través de las cámaras de vigilancia se enamora de (y se obsesiona con) Julia (Leonor Svarcas), una de las empleadas de limpieza del lugar.

El “gigante” del título no se anima a establecer contacto con su objeto del deseo y continúa con su práctica voyeurista (también la sigue por la calle) hasta que un conflicto gremial provocará un brutal cambio en su actitud.

Con una puesta en escena muy rigurosa y cuidada (que se sostiene en planos fijos e incluye la utilización de las imágenes de las cámaras de seguridad como parte esencial del relato), Biniez saca el máximo provecho de sus dos intérpretes (de formación teatral y escasa experiencia en cine) y apuesta por un tono liviano y por momentos cómico, que evita caer en el comentario obvio sobre la soledad e incomunicación social.

Gran revelación del Festival de Berlín de 2009 (ganó allí) y elegida como apertura oficial del BAFICI de ese año, Gigante nos invita a depositar firmes esperanzas en el futuro artístico de Biniez. Aguardamos con ansiedad su segunda película.