G. Un crimen oficial

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

“Este documental está basado en hechos reales que parecen extraídos de una película”. Con esa leyenda comienza y somos advertidos sobre lo que vamos a ver a continuación. La película de Daniel Otero, basado en su propio libro, Maten a Gutiérrez, gira en torno al homicidio del subcomisario Gutiérrez, muerto de un tiro a mitad de su viaje en el tren Roca, pero cuyo cuerpo encontraron recién al finalizarse el recorrido.
“A una época se la conoce por sus crímenes”. Y la década de los 90s se caracterizó principalmente por su impunidad. Gutiérrez vio algo que no tenía que ver, y algo parecido sucede a los pocos testigos del asesinato, que rápidamente son amenazados para cambiar sus testimonios, para ocultar la verdad, para proteger a alguien, o algo, algo tan grande como el Estado. “Se puede decir entonces que el crimen perfecto es cuando lo comete el estado”, se reflexiona. El crimen perfecto es el que queda impune.
A través de testimonios de familiares, el primer juez de la causa, un testigo del crimen y un abanico de personajes la película se enfoca en retratar una época oscura, en la que desde su superficie el país parecía encontrarse bien cuando en realidad los de arriba tienen y aprovechan todo el poder a su favor. Además, el buen uso de suficiente material de archivo termina de contextualizar el crimen.
El trabajo de investigación realizado por el periodista acá además realizador está muy bien logrado y el modo en que va conectando las diferentes capas de ésta lo hacen apasionante y dinámico. Se le cede tiempo a cada uno de sus testimonios, que a veces brindan datos mayores y otras veces además expresan el dolor y la impotencia que un crimen de este calibre e impunidad provocan.
Un documental tan interesante como necesario, con un guión que efectivamente muestra una película que parece ficción, lo que la hace aún más terrible.