Fuerza antigangster

Crítica de Emiliano Fernández - CineFreaks

Un poco de guerra urbana…

Durante la última década hemos presenciado un proceso doble que abarca la desaparición gradual de los comentarios metadiscursivos y una bienvenida vuelta al viejo y querido cine de género tradicionalista, de anclaje arquetípico. Curiosamente el paso previo fue la aceptación definitiva por parte de Hollywood, en los 80 y 90, de las autoreferencias y homenajes diversos aunque ya no más bajo el formato de las “desviaciones”, como ocurría desde la década del 60. Inconducentes a la fecha las disquisiciones vinculadas a señalar la construcción ficcional, la sociedad de la “información líquida” exige espectáculo a secas.

Estamos ante un ejemplo paradigmático de los tiempos que corren, un representante natural de su entorno que precisamente gusta de llevar al extremo los recursos formales del subgénero en cuestión. Fuerza Antigángster (Gangster Squad, 2013) funciona como una suerte de versión caricaturesca de Los Intocables (The Untouchables, 1987), la recordada obra maestra de Brian De Palma, recorriendo con garra y cariño los recovecos del film noir más violento. De hecho, la realización combina desmembraciones varias, balaceras generosas, venganzas de toda índole, cuchillos voladores y muchas batallas a puño cerrado.

Con semejante título no hace falta dar demasiados detalles acerca de la historia más allá de aclarar que se sitúa en Los Ángeles durante fines de los 40. La corrupción gobierna las calles, con el despiadado Mickey Cohen (Sean Penn) a la cabeza, y el Jefe de Policía Parker (Nick Nolte) decide encargarle al Sargento John O´Mara (Josh Brolin) la creación de un grupo parapolicial con vistas a efectuar una “guerra de guerrillas” contra el enclave mafioso. Junto a su mano derecha, el también Sargento Jerry Wooters (Ryan Gosling), John atacará un “negocio” que se sostiene gracias a las apuestas, la trata de blancas y las drogas.

La trama recorre con esmero y vitalidad cada uno de los clichés de los policiales hardcore, relativizándolos con chispazos gore, una estética preciosista, algunas salidas cómicas y una catarata de enfrentamientos con pistolas y ametralladoras. Sinceramente llama la atención el cuidado puesto en la reconstrucción de época, la fotografía y las frases altisonantes que desparrama el prodigioso elenco. El director Ruben Fleischer supera el paso en falso de 30 Minutos o Menos (30 Minutes or Less, 2011) y regresa al interesante nivel de su debut Zombieland (2009), así hoy esquiva la parodia y ofrece una simpática hipérbole non stop…