Florence

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

La conjunción Stephen Frears -el hombre de Relaciones Peligrosas, el hombre de La Reina- y Meryl Streep -no hace falta recordar qué ha hecho- era prometedora. La historia, la biografía real de la peor cantante de la historia (aquí la personificó la gigantesca KarinaK en un espectáculo llamado Souvenir) es ideal para un realizador que siempre encuentra el equilibrio entre la amabilidad y la ironía, a veces sardónica, sin renunciar a la ternura. Y también es ideal para Streep, quien en más de una ocasión ha cantado -su último film estrenado aquí fue Ricki and The Flash, donde era una rockera, y lo hacía muy bien- e incluso mal a propósito -La muerte le sienta bien. Pues bien: los antecedentes no llegan a generar una película genial pero sí una muy buena, que cumple con todas las expectativas. La mezcla de ingenuidad y cálculo, de cursilería y emoción, con la que Streep logra que creamos que esa discapacitada vocal que fue Florence Foster Jenkins existió. Porque lo más raro del asunto es que sí, esta mujer llegó a cantar en el Carnegie Hall, y mucha gente la quería incluso si su talento era menos que nulo. Lo que hace que la película funcione son, sobre todo, las relaciones con los otros personajes: Hugh Grant está especialmente inteligente y gracioso, y Simon Helberg (lo deben recordar como uno de los amigos de The Big Bang Theory) logra el punto justo entre simpatía y fastidio con su profesor de música. Hay momentos quizás demasiado ridículos, pero en general triunfa esa idea democrática y humana de Frears sobre las personas.