Essential Killing

Crítica de Javier Porta Fouz - La Nación

Un talibán (o eso suponemos), cansado, asustado, acorralado, es capturado en Afganistán luego de matar a tres estadounidenses (o eso parece por cómo habla y actúa) en el desierto. Es torturado (eso queda claro) y, prisionero, es trasladado en avión y luego en un vehículo que desbarranca en un camino nevado de Polonia (eso indica el idioma que se escucha). Así, Mohammed (eso dicen los créditos, porque en el relato no se lo nombra) iniciará un raid de supervivencia y escape en el frío invierno de Europa del Este, entre bosques y grandes espacios nevados. Mohammed es Vincent Gallo, que no tuvo que estudiar líneas de diálogo para este papel porque no habla. Más allá de este detalle, que se integra sin arbitrariedad al relato, es en el físico donde su personaje cobra vida o, más que vida, un deseo primitivo de sobrevivir en circunstancias que llamar adversas es quedarse corto. Essential Killing es una violenta película de aventuras solitarias en un ambiente nada hospitalario, protagonizada por un extraño en una tierra extraña (en la primera Rambo el protagonista, al menos, no era tan ajeno al clima y al terreno). Una película esencial, en el sentido de primitiva, destilada: no hay adornos, no hay grandes informaciones (y las pocas que hay, las de "formación teocrática", son un tanto gruesas), no hay mucho más que supervivencia filmada de forma por momentos espectacular (las imágenes aéreas, la amplitud de los espacios nevados, una caída trepidante) y por otros de forma alucinante y/o alucinada (el burka azul, los perros iguales, la lecha materna).

El director de Essential Killing es Jerzy Skolimowski, figura clave del cine polaco desde la década del 60, como Andrzej Wajda y Roman Polanski; puede considerarse un guiño a este último la fascinante aparición de su musa Emmanuelle Seigneren.

Entre 1991 y 2008, Skolimowski no dirigió películas porque, entre otros motivos, se dedicó a la pintura, actividad en la que ha tenido éxito. También actor, algunas de sus últimas apariciones fueron en Promesas del Est e, de Cronenberg, e incluso Los Vengadores (el gran éxito, actualmente en cartel). Como bien notó Tony Rayns en la revista inglesa Sight &Sound , tanto Essential Killing (premiada en Venecia y Mar del Plata 2010) como la película que marcó el regreso de Skolimowski, Four Nights with Anna , plantean diálogos temáticos con dos películas clave de otro polaco clave: No matarás y Una película de amor , de Kieslowski. Temáticos pero no estilísticos: Skolimowski es más crudo, y su mirada, antes que al catolicismo del autor de Bleu , tiende en Essential Killing al nihilismo. Por último, un detalle: en los que se podrían ver como flashbacks de Mohammed hay en realidad evidencia del control y hasta la manipulación del narrador. En uno de esos segmentos puede verse una imagen que adelanta lo que vamos a ver como "acción" unos segundos más tarde. Pequeña marca de un autor que trafica su mirada y su osadía en una película de apariencia sencilla y seca, pero que puede llegar con fuerza al espectador dispuesto a dejarse llevar emocional y hasta físicamente.