Ese fin de semana

Crítica de Santiago García - Leer Cine

En la escena inicial, la protagonista del film aparece cantando la canción Pronta entrega, que fuera popularizada por la banda Virus. Es una escena incómoda, ya que la falta de simpatía y la horrible interpretación que destroza el tema, ubica al espectador en un lugar de distanciamiento insalvable. De ahí en más no habrá forma de que nos caiga bien ese personaje. Luego se hundirá más, por lo cual uno imagina que la directora la eligió por eso, por su incapacidad de transmitir algún tipo de emoción o humanidad. Un personaje endeudado siempre ofrece drama, pero no aquí.

Está claro que hay una intención en esa construcción, pero la película deambula por esa historia y otras y no consigue hacer pie en ninguna. Ese camino de retorno que emprende la protagonista no genera nada. El cine argentino tiene docenas y docenas de títulos como este al año, películas que nunca lograr encontrar el rumbo, ni el público, pero que ahí están, en un camino difícil de precisar. Imposible recordarlas y, en muchos casos, encontrarlas luego de su estreno. Un cine efímero, invisible, que sumado da una escalofriante cifra. El cine nacional, el cine argentino, es un fantasma. Películas que van a ninguna parte.