Escuela Vida

Crítica de Rodrigo Seijas - Fancinema

EL APRENDIZAJE, ESE TERRENO CINEMATOGRÁFICO

El universo escolar es una paradoja permanente: por un lado, está sustentado en estructuras estables, tendientes a la homogeneización y en un punto anacrónicas, que demuestran una profunda resistencia al cambio. Por otro, ese anacronismo al que se enfrenta y la intervención de actores sumamente heterogéneos lo ponen en una crisis permanente, que lo obliga a una mutabilidad constante. Los cimientos parecen ser siempre los mismos, pero los ladrillos se ponen y se sacan a cada rato.

Estas enriquecedoras contradicciones pueden verse a lo largo de todo el metraje de Escuela vida, documental de Silvina Estévez que va recorriendo las estaciones del año junto a los estudiantes y docentes de una escuela pública situada en medio de un bosque y al lado del mar. La realizadora no pretende ser original o disruptiva, eligiendo un abordaje elemental y lógico: un seguimiento permanente de las rutinas, acciones, diálogos y eventos que se van dando día a día en la escuela, indagando en los entrecruzamientos entre docentes y alumnos.

Pero esa elección no deja de tener sus riesgos y desafíos: no es simple introducir ese dispositivo que es la cámara dentro de una escuela, ya que puede ser invasivo y restar espontaneidad. Afortunadamente, hay que reconocer que hay un óptimo trabajo en la puesta en escena: el punto de vista que asume la realizadora es casi invisible, cerca de los cuerpos pero sin generar incomodidad, buscando minuciosamente esos momentos que surgen puntualmente y que marcan evoluciones en ese proceso complejo y apasionante que es el aprendizaje.

Hay pasajes de la película donde remarca ciertas cuestiones y explicita algunos posicionamientos que, por redundantes, le restan fluidez e impacto. Pero el balance general es atractivo a partir del hallazgo de las dinámicas que atraviesan a los tiempos, espacios y actores escolares. Escuela vida, con sus desniveles, vuelve a mostrar que el ámbito educativo tiene componentes indudablemente cinematográficos y que allí hay personajes apasionantes e historias que merecen ser contadas.