Escribir en el aire

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Un viaje al centro de una obra indefinible, según observa su autora. Tal fue la intención de la reciente “Escribir en el Aire”, una obra documental concebida con enorme sensibilidad. El recorte temático abreva en los mundos del teatro y de la danza. El objeto de estudio es Oscar Araiz, pionero coreógrafo y director de danza argentino, considerado como un referente contemporáneo insoslayable.

La presente es una película que contempla a un artista mirarse a sí mismo; y allí encuentra la inagotable belleza de descubrir la próxima quimera creativa. Paula De Luque, talentosa directora de cine, bailarina, coreógrafa, actriz y guionista, nos sorprende con su concepción del género documental. La fundadora y creadora del Festival Unasur Cine define su nueva obra como una fábula musical. El producto final es una valiosa desconstrucción espacio temporal, que abreva en lenguajes imbricados para dotar el metraje de una enorme fuerza poética.

“Escribir en el Aire” articula el testimonio, el homenaje y la memoria. Traslada a la pantalla la narrativa abstracta de la danza. Allí hay cuerpos en acción poniendo en práctica una idea escrita en la (casi) absoluta soledad. Había relojes marcando el compás. El sentido del ritmo que nunca abandona al acto artístico. Son formas luminosas de habitar el silencio.