Entre sus manos

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

"Pasión de multitudes"

Ante las críticas por renombrar films de manera anodina, aquí hubo alguien que tuvo coraje y fue al grano. Porque Entre sus manos es, efectivamente, acerca de un muchacho que disfruta el sexo, sobre todo cuando está solo. En su debut como director y guionista, Joseph Gordon-Levitt es Jon Martello, un Don Juan de familia italoamericana (Don Jon es el título original; bueno pero menos certero) que vive para el gimnasio, las chicas, el boliche y… esos mágicos momentos que dedica a ver porno en la computadora.
Esta comedia muestra la habilidad de Gordon-Levitt para retratar estilos de vida mostrando algunos detalles; usa efectos en los momentos bombásticos (las fantasías sexuales, anunciadas con el arranque de Windows), cámara en mano para la escena más tierna y también para la más graciosa (el descubrimiento de Jon en flagrante delito) y deja sin ropaje aquellos que marcan quiebres, como los cambios de Jon para complacer a su novia Barbara (Scarlett Johansson). Gordon-Levitt maneja con frescura la película; hace que lo remanido suene natural, como el “creí que eras distinto” de Barbara tras su desengaño. Entre sus manos es ciertamente una película menor, pero el acercamiento outsider de Gordon-Levitt al prototipo de familia italiana (similar al de Lawrence Kasdan en I Love You to Death) la dota de humor ingenioso y efectivo. Sobre todo, la película es certera en el retrato de la adicción y el modo en que Jon cambia al conocer a una mujer madura y real (Julianne Moore), capaz de entenderlo y destrabar sus problemas de ego. Un gran debut del actor californiano.