Entre sus manos

Crítica de Elena Marina D'Aquila - A Sala Llena

La redención llega a Jersey Shore.

Entre Sus Manos no es ni una comedia atípica ni una película alternativa -a un cine mainstream o a la comedia romántica hollywoodense- o innovadora, y mucho menos una propuesta trasgresora, como sí lo fue en su momento 500 Días con Ella o la más reciente ¿Quiénes Son los Miller?, aquel estereotipo de “familia Flanders” reconvertido en una sátira que no se guardaba nada.

El debut de Gordon-Levitt como director tiene un comienzo potente y enérgico, dado por el montaje frenético y la estética videoclipera. La propuesta del californiano de 32 años se plantea en un principio como una comedia sin tapujos sobre el sexo pero luego introduce una vuelta de tuerca: en la adicción a la pornografía del protagonista (Don Joan aka The Situation), radica su incapacidad para conectarse íntimamente con una mujer real. A partir de este giro, como si fuese un panqueque en una sartén, la película se desvía de su camino y pasa de ser una comedia ágil a un drama con una visión conservadora que convierte al porno en excusa para crear un discurso moralista, que terminará con la redención del personaje central (un hombre que nunca pudo “perderse” en una mujer durante el sexo, o dicho en modo comedia romántica pacata, mientras “hacen el amor”)...