Enredados

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

La princesa que quería vivir

La 50° película de Disney es un símbolo de los cambios de la empresa a la hora de adaptar “Rapunzel”.

Se sabe: la gente de marketing de Disney desconfiaba de titular Rapunzel a, precisamente, esta adaptación de Rapunzel , porque creían que alejaría al público varonil, y Enredados (o Tangled , lo mismo, en el original) no le cae mal: el protagonismo está más compartido entre Rapunzel y el ladrón Flynn Ryder que en Blancanieves o Mulan . Si a alguna película de Disney se parece es a Aladdin , por el hecho de que un ladronzuelo termina enamorándose de una princesa, y tanto Jazmín como Rapunzel son bien, bien bravitas.

No es la primera vez, no será la última, que la empresa del Ratón toma una historia original y la da vuelta a la hora de volcarla a la pantalla. Rapunzel vive encerrada en una torre en medio de la nada, sin saber que es la hija de los reyes, raptada por una malvada que quiere aprovechar el poder mágico de sus largos 21 metros de cabellos. Rapunzel está por ser mayor de edad y quiere escaparse de allí. El salvador será Flynn, que llega de casualidad, huyendo tras un robo, y la ayudará, primero interesadamente, a descubrir el mundo de ahí afuera -igualito a Aladdin-.

No es una película de Pixar, y tampoco de DreamWorks, aunque el personaje de Flynn en mucho se parece a los héroes que construye la empresa de Katzenberg. Es que Disney está reinventándose, y en buena y sana medida apelando a lo clásico, con lo que mejores productos realizó en un pasado reciente. El humor y la buena construcción de los personajes -todos- apuntalan el resultado, con una pareja que va en camino a convertirse en nuevas estrellas.

Aquí también el 3D tiene su sentido. Rapunzel utiliza su cabellera como látigo o especie de liana, las escenas de pelea están bien resueltas -siempre con un gag- y los personajes de apoyo -un caballo, un camaleón- cumplen con los roles de airear y dar pie a Rapunzel y Flynn para crecer en pantalla. Disney lo ha hecho de nuevo, para alegría de las chicas... y los chicos.