Encanto

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

No, no, la familia colombiana de los Madrigal no pertenece al Universo Cinematográfico de Marvel, pero todos sus integrantes tienen superpoderes. Todos menos Mirabel, la protagonista a la que la argentina Stephanie Beatriz le pone la voz, en esta maravilla de Disney a la que Lin-Manuel Miranda le ha escrito unas canciones hermosísimas.

La presentación recuerda a otro clásico de Disney, La Bella y la Bestia. ¿Por qué? Porque sirve de presentación de todos los personajes principales a través de una canción.

Y también porque si la película de 1991, que fue candidata al Oscar principal, desplegaba en un abreve síntesis todo lo que iba a hacer luego: la cámara giraba por primera vez alrededor de Bella, como luego lo haría con ella y la Bestia en el salón de baile del castillo hechizado.

Estos primeros minutos de Encanto son todo un despliegue de color, de bravura.

Bueno, no es que Encanto esté basada o los creadores de la historia hayan estado con un ojo encima del filme de Gary Trouslade y Kirk Wise. Hay aquí una familia con una docena de integrantes, y Bella tenía solo a su papá inventor. Sí, hay una presión extra por estar dentro de las expectativas familiares, algo que sufre Mirabel, justo la que por algún motivo que no develaremos no tiene superpoderes, y por alcanzar algo parecido a la perfección.

Con tamañas varas se encuentra la protagonista, a la que le presta su voz la argentina Stephanie Beatriz. Por supuesto que no todos los familiares tienen el mismo peso, ni están el mismo tiempo en pantalla. Algunos son más protagónicos, y otros solo están pintarrajeados -y lo bien pintarrajeados que están, que no suene peyorativo en absoluto-.

De los directores de "Zootopia"

Jared Bush y Byron Howard ya codirigieron juntos Zootopia. Quienes vieron la película con la conejita Judy saben que les interesan más las relaciones que cualquier prodigio técnico de animación.

La casita cobró vida, con magia. Habrá quien pueda hablar con los animales, o que tenga una fuerza extraordinaria. Pero a ella, no. La mamá la tranquiliza. ¿Cómo? Le dice que es tan especial como cualquiera de la familia. Y cuando la Casita y la familia corran peligro de derrumbarse, será Mirabel la que se ponga el asunto sobre los hombros. Para salvar la magia.

Sí, porque ella es tan especial como los otros… Pero también porque descubre algo…

Mirabel no sería literalmente una princesa de Disney, pero tiene un desparpajo que corre parejo con Mulán o Mérida (Valiente), y sus temores del comienzo sirven a los más pequeños para anclar más fácilmente desde la platea.

Porque también es cierto que con las canciones de Lin-Manuel Miranda uno puede olvidarse de que Encanto está destinada principalmente al público infantil. Aunque tenga apuntes que disfrutarán los más grandes y, como la mencionada La Bella y la Bestia, el placer y el goce es para todas las edades.

Encanto, a contramano de muchas superproducciones del Disney de animación, no es ampulosa. Se centra en una familia -OK, una numerosa- y en una sola locación, la casa. Y cada canción cumple su rol desde lo emotivo. No hay alardes cinematográficos, lo que no quiere decir que la película no nos sorprenda con tejas que se mueven, o velas que se convierten en…

Animar elementos inanimados, cosas fijas, va más allá de los personajes de La Bella y la Bestia.

¿Por qué será que nos acordamos tanto de La Bella y la Bestia? Buenos motivos tendremos.