En el corazón del mar

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

“Llámenme Ismael”. Con esa frase empieza Moby-Dick, la voluminosa novela de Herman Melville publicada en 1851. Un clásico de la literatura, que supo ser llevado al cine por John Huston, poco más de cien años después, con Gregory Peck como Ahab, el capitán obsesionado con una terrible ballena blanca. La historia vuelve a la pantalla grande, pero con una particularidad: ahora se trata del relato verídico que inspiró el libro.

Ambientada en 1820, En el Corazón del Mar presenta a Owen Chase (Chris Hemsworth), temerario marino que aspira a capitanear su propio barco y ganarse por fin el respeto de la Isla de Nantucket. En su nueva expedición le toca ser Primer Oficial de George Pollard (Benjamin Walker), inexperto Capitán que sólo llegó al cargo por cuestiones familiares. Un vínculo que comienza tenso a bordo de ballenero Essex, pero durante el viaje aparecerán amenazas más grandes y feroces. Para empezar, un cachalote pálido que parece querer hacerles la vida imposible, como el brazo ejecutor de la mismísima naturaleza en su respuesta a los ataques del hombre.

El director Ron Howard y Hemsworth venían de trabajar juntos en Rush, excelente film sobre la rivalidad entre los corredores de autos James Hunt y Niki Lauda (Daniel Brühl). Ambos, junto al director de fotografía británico Anthony Dod Mantle, buscan imprimirle a esta epopeya marítima la misma fuerza que a aquella historia ambientada en el mundo de la Fórmula 1. Y lo logran en varias secuencias, sobre todo a la hora de plasmar la caza de ballenas y los ataques del denominado “demonio acuático”. Sin embargo, esta vez no está el guionista Peter Morgan (también responsable de Frost/Nixon, otra de las grandes películas recientes de Howard), y se nota: las relaciones entre los protagonistas y los personajes secundarios, así como las caracterizaciones de cada uno, quedan superficiales, y la mayoría de las escenas intimistas -incluyendo los enfrentamientos que ponen en jaque a la tripulación y las luchas de poderes- no dejan de ser esquemáticas. De todas maneras, el espectador logrará involucrarse con personajes como Chase, el Segundo Oficial Matthew Joy (Cillian Murphy) y Thomas Nickerson (el narrador de lo sucedido, el Ismael original, encarnado por Tom Holland de joven y por Brendan Gleeson en la edad más avanzada), especialmente cuando deben tomar decisiones difíciles para sobrevivir.

Hemsworth pone todo en la composición de su rol y, al igual que cuando encarna a Thor en las películas de Marvel, sigue siendo una presencia imponente. Pero ni su trabajo ni el de sus compañeros de elenco sobresalen de lo esquemático. A los navegantes se le suma Ben Whishaw como Melville, en pleno proceso de investigación para su obra cumbre.

En el Corazón del Mar (que, de ser filmada décadas atrás, hubiera tenido a Kirk Douglas o a Peter O’Toole entre sus protagonistas) pudo ser mejor de lo que es, pero le alcanza para ser una odisea vibrante y entretenida. Además, permite conocer la leyenda detrás de una ficción que jamás dejará de acechar en las aguas de nuestra imaginación.