Elles

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El dedo en la llaga

Esta película de la polaca Malgoska Szumowska probablemente sea más interesante como aporte a la discusión sobre cuestiones como la prostitución, el machismo generalizado y el lugar de la mujer en la sociedad contemporánea que por sus valores estrictamente cinematográficos, pero cuestionarla (y minimizarla) como lo ha hecho la inmensa mayoría de mis colegas varones con textos desganados y elementales habla de la escasa formación de muchos de ellos y de la falta de más mirada femenina (y feminista) en la crítica argentina.

Sí, Elles es bastante árida, algo caótica en sus saltos temporales, a veces demasiado explícita y puede que no del todo convincente en su espíritu confesional y en la construcción psicológica de sus personajes, pero siempre es de agradecer (al menos para mí) cuando una película se mete en zonas provocadoras, incómodas y pone el dedo en la llaga con recursos honestos, con situaciones reconocibles, con verdades que a los hombres muchas veces nos cuesta admitir y enfrentar.

El punto de partida del film encuentra a Anne (una Juliette Binoche despojada de todo glamour que se expone mucho en pantalla), una periodista que inicia una investigación para la revista Elle sobre una tendencia bastante en boga: jóvenes que se prostituyen para costearse sus estudios universitarios. Anne se acercará a (y se movilizará con) los casos de Charlotte (Anaïs Demoustier) y la polaca Alicja (Joanna Kulig). Casada con un ejecutivo bastante machista (Louis-Do de Lencquesaing) y con dos hijos (uno de ellos un típico adolescente conflictivo), Anne se involucrará de forma muy intensa con ambas historias de vida y ese paulatino descubrimiento generará al mismo tiempo una toma de conciencia y un profundo replanteo respecto de su femineidad, de su sexualidad, de su propio lugar como mujer, como madre, como esposa.

Esta exploración del universo femenino resulta bastante audaz y perturbadora porque no juzga a sus personajes, porque ofrece más preguntas inquietantes que respuestas tranquilizadoras sobre las relaciones de poder, sobre el deseo y los prejuicios sociales. En ese sentido, aunque esté lejos de ser una película redonda, se trata de un estreno no sólo recomendable sino también -y perdonen el término- necesario.