El vuelo

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Todas las películas en una

Hacía más de una década que Robert Zemeckis (el mismo de Volver al futuro, La muerte le sienta bien y Forrest Gump) no hacía una película 100% con actores. Luego de Náufrago, el director y productor incursionó en animaciones computarizadas no del todo convincentes como El Expreso Polar, Beowulf, la leyenda y Los fantasmas de Scrooge. Ahora, vuelve al cine "clásico" con El vuelo, una muy curiosa, ambiciosa e interesante (sobre todo para discutir) película que contiene múltiples mini películas en su interior.

Si hubiese que sintetizar el film en un concepto podríamos decir que El vuelo es la historia de un piloto adicto a las drogas y al alcohol (el siempre convincente Denzel Washington, alejado por completo de sus habituales héroes nobles) que se convierte en figura mediática al aterrizar un avión en las condiciones más adversas imaginables. Sin embargo, -para bien y para mal- es mucho más que eso.

El largometraje arranca con un desnudo de la hermosa Nadine Velazquez muy poco habitual en el mojigato panorama hollywoodense. Luego, vendrá la larga secuencia con el accidente aéreo que resulta un notable exponente de cine-catástrofe. Y, a partir de alli, Zemeckis no dejará género sin abordar: desde el drama familiar (el protagonista no tiene contacto con su ex esposa y su hijo ya adolescente) hasta la comedia pura (con otro genial personaje secundario a cargo del inmenso John Goodman como el dealer y asistente de Washington o el aporte de Don Cheadle como el cínico abogado), pasando por una subtrama romántica (con otra adicta interpretada por la bella Kelly Reilly) y un desenlace a puro thriller de juicio (con un buen aporte de Melissa Leo). En el medio, notables escenas a fuerza de diálogo (como la de los tres personajes fumando en un pasillo de hospital) y un desenlace moralista y aleccionador más propio del telefilm de la semana que no le hace honor a lo provocativo de la propuesta inicial.

De todas formas, más allá de que está lejos de ser una película sólida y redonda. se agradece que El vuelo tenga tantas ideas, búsquedas y riesgos. Aunque termina cediendo a ciertas fórmulas y convenciones, es un film que plantea dilemas éticos y morales con inteligencia, sin tomar al espectador de rehén ni despreciarlo. Es una historia rica en matices y contradicciones, con hallazgos y logros suficientes como para perdonarle sus excesos y sus peores momentos. Bienvenido, entonces, el regreso de Zemeckis al cine "de verdad".