El último amor

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

La soledad era esto
Michael Caine da cátedra en "El último amor" (Alemania, 2013), una agridulce historia en la que un recientemente viudo vuelve a encontrar cierto sentido a su existencia en manos de una joven que lo aborda de manera circunstancial en un colectivo.
Hasta ese momento Morgan (Caine) se ve envuelto en una vorágine de depresión y autohumillación que tras la muerte de su mujer lo encuentra sin rumbo ni sentido.
Pero un día llega Pauline (Clemence Poesy), una profesora de baile que intentará darle una razón para seguir viviendo, no la que él cree, sino ayudandolo a pasar mejor sus días.
Todo se complicará cuando sus hijos, interpretados por Justin Kirk y Gillian Anderson, se involucren en la historia hasta un punto de no retorno que repercutirá en Morgan sin poder escapar.
Sandra Nettelbeck adapta la novela La Douceur Assassine con habilidad y crea un universo único para sus personajes, a los que otorga de entidad e independencia hasta el punto de dejarnos queriendo saber más de cada uno de ellos.
Morgan frente a su mortalidad decide cambiar su destino y nada ni nadie se lo impedirá. Ni siquiera nosotros, que encontramos en este personaje un ser entrañable, como esos que de vez en cuando el cine nos regala y en los que deposita su fe en la vida y el seguir adelante a pesar de todo.
PUNTAJE: 8/10