El libro de la selva

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Fílmala de nuevo, Disney

Esta lograda remake demuestra que, a veces, las buenas historias merecen ser contadas de nuevo.

Primero, una anécdota de índole personal: cuando mis hijos eran pequeños El libro de la selva de 1967 (y, en menor medida, su secuela de 2003) fue uno de nuestros films favoritos a partir de uno de esos DVDs que terminaron rayados de tanto uso. La vi con ellos decenas de veces y aún hoy recuerdo cada una de sus escenas, de sus musicales. Para mi, por esos motivos, la versión animada es insuperable, aunque en esa convicción haya más razones afectivas que cinematográficas.

Por eso fui a ver esta remake live-action con cierto recelo (¿para qué contar de nuevo la misma historia si Disney ya lo había hecho muy bien?) y debo admitir que el resultado es plenamente satisfactorio. De todas maneras, cabe aclarar que la idea popular de que esta nueva versión es “con actores” y no “de dibujitos animados” es poco atinada. Hay, sí, un protagonista de carne y hueso (Neel Sethi) que es el encantador huérfano Mowgli criado por los lobos, pero el resto (animales y buena parte de los escenarios) fue concebido casi 100% en computadora. Sí, estamos ante un festival de efectos visuales en 3D. Sólo que, esta vez, el resultado artístico es mucho más noble, bello y alegre que en la mayoría de los tanques de Hollywood construidos de manera similar.

Las similitudes entre la vieja y la nueva transposición del original literario de Rudyard Kipling son evidentes, pero las diferencias también: ahora hay menos escenas musicales y el tono es mucho más oscuro (de hecho la calificación es “con reservas”). El oso Baloo (pese a tener la voz de Bill Murray en la versión subtitulada que es la que pude disfrutar) no llega a ser el brillante comic relief de la primera entrega y ahora hay más espíritu de aventura y menos de comedia.

De todas maneras, el trabajo del director Jon Favreau (Iron Man 1 y 2) y su equipo técnico y actoral (además de Murray se escucha a Idris Elba como el malvado tigre Shere Khan, a Ben Kingsley como la querible pantera negra Bagheera, a Scarlett Johansson como la serpiente Kaa, a Lupita Nyong'o como la loba y madre sustituta Raksha y a varios famosos más) es impecable. Quizás le falte un poco más de chispa y de riesgo para convertirse en un clásico como su predecesor, pero en términos estéticos y narrativos estamos ante un producto de entretenimiento familiar indiscutible.