El juego de Ender

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Será más disfrutado por quienes no leyeron el libro

La literatura de ciencia ficción ha perdido en las últimas tres décadas a sus maximos exponentes. Ya no están entre nosotros Asimov, Bradbury, Clarke o Dick, un verdadero ABCD alfabético, a quienes se deben obras maestras como la saga “Fundación”, “Crónicas marcianas”, “El fin de la infancia” y “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” respectivamente. Cualquier lista de los diez más grandes autores del género los suele incluir además de clásicos como Julio Verne y H.G.Wells.
Orson Scott Card no suele integrar dicha clasificación aunque su novela “Ender’s Game” (publicada como libro en 1985 y previamente como un cuento corto en 1977) adquirió desde entonces gran notoriedad, ganando los dos más importantes premios de la ciencia ficción: Nebula y Hugo (homenaje a Hugo Gernsback, creador de la SF). Card nació en Estados Unidos en 1951 por lo que pertenece a una generación posterior a la de los autores antes citados siendo un escritor bastante polémico por sus actitudes tanto homofóbicas como (más recientemente) opuestas al matrimonio gay.
Cuenta sin embargo con una legión de seguidores lo que explica el éxito de la saga, que se inició con la ahora película “El juego de Ender” y que ya va por su quinto libro. El guión del film fue escrito por Card en colaboración con su director, el sudafricano Gavin Hood, quien había ganado con “Mi nombre es Tosti” el Oscar al mejor film extranjero hace unos ocho años.
Para quienes como este cronista hemos leído el libro la película se revela algo decepcionante al desviarse bastante del texto original y sobre todo al quitarles protagonismo a algunos de los personajes centrales de la obra literaria. Ender Wiggin, el tercer hijo de su familia, sufre la permanente agresión de su hermano mayor Peter, personaje importante en la novela y acá muy limitado a una única aparición al inicio. Su hermana Valentine, interpretada por Abigail Breslin (“Pequeña Miss Sunshine”), posee una participación algo más importante aquí sin alcanzar la relevancia que adquiere en la obra literaria.
El otro problema tiene que ver con la edad del personaje que da nombre a la obra ya que aquí Asa Butterfield (“El niño con el pijama de rayas”, “La invención de Hugo Cabret”) es el único actor (nacido en 1997 en Inglaterra) que cubre ese rol, que en la novela lo tiene desde los seis hasta los doce años.
Para quienes no leyeron la novela (seguramente la mayoría) dichas traiciones a la obra original pasarán algo desapercibidas y hasta es probable que disfruten medianamente del conjunto.
Será el coronel Hyrum Graff, una aceptable interpretación de Harrison Ford, quien reclute a Ender desde niño al descubrir que su “difícil relación con la autoridad” como afirma la Mayor Gwen Anderson (Viola Davis), su colega y psicóloga lo hace perfecto para prepararlo para repeler un posible ataque extraterrestre futuro de los “Formics”, que ya lo habían hecho hace medio siglo, casi logrando sus cometido.
Gran parte de la primera parte nos muestra el entrenamiento a que es sometido un grupo de niños en que Ender se destacará netamente. Logrará así desplazar a Bonzo, su ocasional superior, un chico apenas algo mayor de origen mexicano como lo revela el uso de términos como “pendejos” con el que suele calificar a sus subordinados. Habrá también una lucha entre ambos en un baño en que accidentalmente Bonzo se golpeará la cabeza y será hospitalizado con pronóstico reservado (en la novela en verdad es mortalmente herido por Ender). Y estará Petra (Hailee Steinfeld) que se convertirá en la fiel seguidora de nuestro héroe junto a varios de sus colegas. Los seis años que insumirá la preparación del nuevo líder pasan demasiado rápido en el film, algo que han objetado muchos de los lectores de la obra original para quienes la duración de casi dos horas es insuficiente para reflejar las casi cuatrocientas páginas del libro.
Ya en el final aparecerá Mazer Rackham (Ben Kingsley) otro personaje central del texto literario que junto a otros militares asistirán a un último entrenamiento virtual en la “battle room” de la que saldrá triunfante el joven. En verdad no todo será lo que parece y es esa parte quizás la más lograda. Para evitar revelaciones es preferible cerrar aquí la descripción del argumento sólo adelantando que el planteo final será de tinte moral y de cierta actualidad.
En síntesis “El juego de Ender” será más apreciado por quienes desconozcan el libro original y probablemente refutado por los seguidores de Orson Scott Card. Y ello pese a que dicho autor intervino tanto en la redacción del guión así como productor y responsable del traslado de su obra a la pantalla cinematográfica.