El intérprete

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Extraña apuesta la del director eslovaco Martin Sulik al mixturar (con resultados desiguales) varios géneros como el drama de denuncia sobre los abusos del nazismo, la comedia de enredos, la road-movie con múltiples peripecias en el camino y hasta la buddy-movie con dos ancianos decididamente opuestos entre sí concretando una búsqueda que jamás pensaron que compartirían.

Los protagonistas son Ali Ungár (nueva incursión en la actuación del mítico director checo Jirí Menzel de films como Trenes rigurosamente vigilados, Alondras en un hilo y Mi dulce pueblito), un traductor judío ya retirado de 80 años que descubre un libro escrito por un ex oficial de las SS que podría ser el responsable de las muertes de sus padres; y Georg Graubner (el austríaco Peter Simonischek, protagonista de la notable Toni Erdmann), hijo de ese jerarca nazi que a los 70 años es un maestro jubilado que lleva una vida licenciosa y ha tratado de olvidarse por completo de las atrocidades cometidas por su padre.

El primer encuentro entre ambos en Viena es tenso, cortante, incómodo, pero a los pocos minutos llegan a un acuerdo para iniciar un largo viaje en auto con la idea de investigar la historia del padre de Georg, de sus víctimas y de los eventuales sobrevivientes. La búsqueda inicial de la venganza por parte de Ali va mutando hacia una postura menos radical, mientras que la negación y el cinismo de Georg va dando lugar a una mirada más humanista y compasiva.

Ali es serio y minucioso; Georg es divertido y desatado. Juntos conformarán una de esas parejas desparejas de las que el cine ha sacado buen provecho. El problema es que no todas las situaciones que atraviesan funcionan, ya que por momentos (como los juegos de seducción y los infortunios de Georg) el film está demasiado cerca del patetismo y el costumbrismo de vuelo bajo. Por suerte, la película va ganando con el correr del relato en intensidad y profundidad emocional (apela incluso a material de archivo de la época nazi) para constituirse, en definitiva, en un más que aceptable ensayo sobre la culpa, la vejez, las segundas oportunidades, la memoria colectiva y la redención.