El infiltrado

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Dwayne “La Roca” Johnson es el protagonista excluyente de “SNITCH” (USA, 2013) o como la conoceremos en Argentina “El infiltrado”. El título original de esta cinta dirigida por Ric Roman Waugh hace alusión a un soplón, más que a la infiltración.
John Matthews (La Roca) intentará doblegar al destino luego que su hijo es acusado de contrabando y venta de drogas por parte de uno de sus mejores amigos. El padre hará lo imposible por sacarlo de la cárcel.
El plan es sencillo, así como a su hijo un amigo lo obligó a recibir 300 dosis de extasis y lo delató para poder así reducir su condena, él hará lo mismo infiltrándose gracias a un “soplón” en el mundo de las drogas.
Este trato, obtenido gracias a un arreglo con la fiscal de distrito Joanne Keeghan (Susan Sarandon, una dura mujer en un rol que le cae muy bien), permitirá que junto a “Cruzier” (Jon Bernthal), un ex convicto, puedan desnudar las redes de la venta y consumo de droga.
Pero en el camino La Roca, se topará con el líder de un importante cartel mexicano (Benjamin Bratt) del quien terminará siendo una “mula” más y verá como su familia corre riesgos de perder la vida por sus acciones.
En esta cinta son notables las ganas que tiene Dwayne Johnson de despegarse de sus papeles anteriores, en los que siempre el cuerpo mandaba. En “El infiltrado” la fuerza deja lugar al raciocinio y la docilidad. Si bien su actuación no es de las mejores, hay que reconocer que pone mucho esfuerzo por lograr interpretar a un padre desesperado por ayudar de la manera que sea a su hijo.
Obviamente “La Roca” no es Sally Field, por nombrar sólo a alguien que desarrolló un papel similar en cintas como “Ojo por Ojo”(USA,1996 ) o “No sin mi hija”(USA,1991 ). Allí Field compuso a una mujer que iba hasta las últimas consecuencias para recuperar/vengar a su hija. Igual, más allá de la lejanía Johnson por momentos convence (hasta derrama lágrimas!).
También por ser una cinta de este actor sorprende la escasa cantidad de escenas de acción, salvo una que otra persecución sobre ruedas todo acontece de manera líneal y simple en espacios cerrados y sin ampulosidad ni artefactos.
Película dialogada, con algunos lugares comunes (el narco latino, el ex convicto conflictuado, diálogos afectados) y con un alto grado de misoginia (excepto el personaje de Sarandon, impecable, el resto de las mujeres de la película no tienen poder ni decisión), “Snitch” es una opción más para conocer los tejes y manejes del sistema judicial norteamericano, que gracias a recientes modificaciones, castiga con mayor peso a un narcotraficante que a un violador.