El implacable

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

Jackie Chan compone un personaje muy efectivo en esta película de pura acción.

Los acólitos de la acción marcial deberían estar de fiesta. El implacable trae de regreso a uno de sus ídolos máximos: Jackie Chan, la famosa leyenda de las patadas coreografiadas a velocidad incalculable y ejecutadas con la precisión quirúrgica de un neurocirujano. A pesar de sus 63 años, el astro hongkonés de las artes marciales se las ingenia para seguir pegando fuerte y pelear cuerpo a cuerpo con quien se le cruce en el camino.

En El implacable, el maestro karateca le hace honor al título en castellano y encarna a un padre que perdió todo y que por eso mismo no tiene nada que perder. Ngoc Minh Quan (Jackie Chan) es el dueño de un restaurante en Londres que vive con Fan, su única hija adolescente. Es su única hija porque a sus dos primeras las asesinaron cuando todos juntos, en familia, intentaban escapar de su lugar de origen. Y su mujer perdió la vida cuando dio a luz a Fan.

Pero la desgracia vuelve a golpear a Quan y le quita a Fan en un atentado. Quan se queda solo y destruido. Y lo único que quiere es saber quiénes son los responsables para hacer justicia por mano propia. Es así que la película dirigida por Martin Campbell se convierte en una historia de venganza.

El implacable es también un thriller político de acción con alta dosis de espionaje y mucho diálogo, lo que da pie a que se luzca la otra presencia estelar: Pierce Brosnan, quien encarna al viceministro irlandés Liam Hennessy, un funcionario del gobierno con un pasado turbio y comprometedor.
Hennessy tendrá la mala suerte de cruzarse con Quan, que le exige los nombres de los que mataron a su hija. Si bien la película cuenta con la clásica estructura de gato y ratón, le esquiva a la simpleza unidimensional con personajes vengativos y se divide, sutilmente, en dos: por un lado está el drama de Quan, que quiere encontrar a los terroristas; y por otro lado está la cuestión política, encabezada por el personaje de Pierce Brosnan.

La capacidad del director está en lograr que las dos partes se complementen y el resultado sea más que satisfactorio. Y hay que destacar la banda sonora de Cliff Martinez, que no sólo hace que el dramatismo y la tensión de las escenas se intensifiquen sino que la película cobre vuelo.

Jackie Chan se caracteriza más por la comedia o la aventura con artes marciales que por el thriller conspirativo o político. Sin embargo, el hieratismo sufriente de Quan lo favorece y compone un personaje sobrio y efectivo. El implacable cumple con su objetivo y entrega un puñado de momentos en los que el arte de Chan brilla lo suficiente para dejar conformes a sus seguidores.